Aria
A veces, la tensión en el aire es tan densa que parece pesada. Como si se pudiera cortar con un cuchillo, pero en lugar de hacerlo, se clava profundamente, dejando una herida invisible. Así es como me siento ahora, mientras observo a Alexei desde el otro lado de la habitación, con esa mirada suya que siempre parece tan indiferente, pero que ahora me quema por dentro.
El beso.
Es todo lo que puedo pensar. Cada vez que me miro al espejo, veo sus labios sobre los míos, ese instante suspendido que nos dejó atrapados en una encrucijada de deseos no expresados. El roce de su cuerpo contra el mío. El choque de nuestras respiraciones. Las dudas que se convierten en algo mucho más potente, como una tormenta que se arremolina en m