Alexei
Había algo en el aire esa noche. No era solo el frío que se colaba por las rendijas de las ventanas del penthouse, ni la oscuridad de la ciudad que se reflejaba en el vidrio. Era el peso de un peligro que había regresado, uno que había creído superado. Pero como todo en mi vida, las sombras no se desvanecen tan fácilmente.
Aria estaba ahí, a mi lado, sin saber lo que realmente se estaba gestando a su alrededor. Su amor por mí, tan puro y tan profundo, la ponía en peligro. Yo había hecho mi vida en las sombras, en un mundo donde la traición era moneda corriente y los sacrificios, necesarios. Pero lo que me aterraba era que ella no entendiera el alcance de lo que había dejado atrás por ella. No por ella, específicamente, si