Aria
Había algo en el aire esa mañana, algo que no lograba identificar. Tal vez era la tensión que aún flotaba entre Alexei y yo, o la sensación de que algo importante estaba por suceder. Ya no podíamos seguir ocultándonos detrás de las promesas y los gestos. Todo estaba a punto de volverse real, de alguna manera. Y, en mi corazón, sabía que tomar la decisión de quedarme con él era la última oportunidad que tendríamos de ser honestos con nosotros mismos.
Lo había pensado durante días. Mi mente se debatía entre lo que quería y lo que sabía que debía hacer. Alexei, con su mundo oscuro y peligroso, me ofrecía una vida llena de incertidumbre, pero también de una intensidad que