Lía no podía creer lo que veía. ¿La había seguido? Se le quedó viendo bastante molesta, él evitó mirarla.
—¿Qué haces aquí? —preguntó, aún sin poder creerlo, ¿Ese hombre acaso tenía idea de lo que era respetar el espacio?
Mikkel logró fingirse tranquilo, tratando de no mostrar su incomodidad.
—Qué casualidad, justo me encontré con un amigo y quedamos aquí, entré y fue que te vi —respondió, intentando que su tono no sonará forzado.
—Ah, mira —dijo Lía con sarcasmo— es una gran coincidencia.
Freja, intervino.
—Bueno, ya que estás aquí, nos presentamos, soy Freja, esta es Mille, y estos son nuestros esposos, Nicolás y Tobías.
Mikkel asintió.
—Mucho gusto.
—¿Y tu amigo? —preguntó Lía, cruzando los brazos —si creía que lo iba a dejar en paz con eso, no señor, no lo haría.
—Parece que se retrasó —respondió Mikkel, viendo a todos lados menos a ella.
—Entonces siéntate con nosotros —ofreció Tobías con una amplia sonrisa — hay suficiente espacio.
Mikkel dudó por un momento, pero asintió. Se a