Lía abrazó fuertemente a Henrik, hundiendo el rostro en su hombro, él la rodeó con sus brazos, acariciándole el cabello.
—Tranquila, mi niña, ya está aquí el abuelo, nadie te va a hacer daño —murmuró tratando de tranquilizarla.
Se dirigieron a la sala. Lía preparó una taza de té para el abuelo, cuando regresó, Henrik dio unos golpecitos con la mano en el sillón a su lado.
—Siéntate aquí, hija, ahora sí, cuéntame, ¿Qué ha pasado?
Lía bajó la mirada.
—Abuelo, no es bueno que te llene de problemas, tu salud es delicada, mejor hablemos de tu viaje, cuéntame, ¿Cómo ha estado?
—¡Tonterías! —exclamó él— estoy más fuerte que un roble, este viaje me ha revitalizado, ahora habla, ¿Desde cuándo tiene Mikkel a esa hiena en la mansión?
—¿La has visto? —preguntó Lía, sorprendida, era de suponer que el abuelo conocía a esa mujer después de todo era una parte importante del pasado de Mikkel.
—¡Claro que sí! Acabo de llegar allí y la vi, con su cara de víctima, me dan ganas de... —Hizo una pausa, cont