Oliver había comenzado a trabajar como modelo. Trabajaba en sesiones de fotos para una revista de moda. Le iba bien, ya lo habían llamado tres veces.
Y al parecer a Oliver le gustaba. Era alguien obsesionado con verse bien, se pasaba horas arreglándose cuando iba a salir y se miraba mucho en el espejo. Lía lo había cachado varias veces viéndolo posar frente al tocador, como si le fueran a tomar una foto. Así que era un trabajo ideal para él.
Había conseguido un amigo que también era modelo, solían salir seguido y esto le gustaba a Lía, pues le preocupaba que Oliver por su situación pudiera caer en depresión. Pero no, él era un roble, era muy resistente.
Se veía de muy buen ánimo, llegaba sonriente de sus sesiones de fotos y al parecer lo iban a contratar para un desfile de modas de la revista. Eso lo traía bastante emocionado últim