"Si esta es tu decisión, entonces te la concedo. Me iré con León. Te deseo felicidad."
Al mismo tiempo, el teléfono de Leandro -quien esperaba vestido de novio- vibró. Sintió un inexplicable escalofrío en el corazón. Al leer el mensaje, arrojó el ramo de novia preparado para Daniela y salió corriendo.
Las cortinas se abrieron. Daniela, con un vestido de novia de alta costura, apareció lentamente, esperando la mirada de admiración de Leandro. Pero solo encontró un escenario vacío.
Leandro saltó directamente a un deportivo y aceleró hacia el aeropuerto.
Mientras adelantaba coche tras coche a toda velocidad, marcaba mi número repetidamente.
El tono de llamada sonaba interminable, aumentando su desesperación. Tocó el claxon con furia.
—¡¿Por qué hay tanta gente?!
En el quinto casi-accidente, Leandro golpeó el volante y maldijo.
Su guardaespaldas, con la frente sudorosa, murmuró:
—Patrón, es Navidad. Hay eventos por todas partes, por eso...
Leandro giró la cabeza bruscamente:
—