Capítulo 25
No la rechazaré.
En la mansión de los Valmont, Logan sintió un vacío incómodo, como si algo vital le faltara. El lazo con Eira, por más que intentara negarlo, seguía presente. Pero esta vez… no podía percibirla. No había aroma, no había energía. Nada. Y eso lo sacudió por dentro.
Necesitaba verla. Asegurarse de que seguía allí. De que no se había escapado.
Porque aunque pensara en casarse con una Alfa —una decisión lógica, política, necesaria— no dejaba de obsesionarse con Eira. Ella es su destinada, aunque lo odiara, aunque su sola existencia le pesara como una maldición. ¿Por qué la Diosa la habría elegido a ella? ¿Una omega común? ¿Una criada?, decidió no rechazarla.
—¡Logan, ven aquí! —la voz grave de su padre resonó antes de que lograra moverse. Justo cuando estaba por subir a la habitación donde la había dejado.
—Padre, debo verificar algo importante —respondió con tensión, pero dos guardias se interpusieron antes de que pudiera avanzar.
—No. Ya te di tiempo suficient