La reacción de Miguel fue rápida. Cuando Andrés se acercaba, ya había soltado sus manos.
Sonia había estado apoyando casi todo su peso sobre él, así que cuando Miguel retiró sus manos inesperadamente, ella inevitablemente volvió a tambalearse.
Pero Andrés no se preocupó por eso, solo la jaló con fuerza hacia él.
—Andrés, no es lo que piensas —dijo Miguel—. Tu esposa se asustó con la fuente, y la jalé para que no se mojara, no malinterpretes.
Andrés no respondió, solo la miró fríamente.
Sonia nunca lo había visto con una expresión tan terrible.
Ni siquiera cuando se enfrentó a Leandro antes.
Aunque rápidamente Sonia pensó en otra cuestión: la persona frente a ella... era su medio hermano.
Y además le había quitado acciones que le pertenecían a él, entrando en CUMBRE.
Así que lo que realmente lo enfurecía debía ser esto.
Andrés tampoco respondió a las palabras de Miguel, solo le dirigió una mirada antes de rodear a Sonia con el brazo y marcharse.
Caminaba tan rápido que Sonia casi tropie