A la noche siguiente de la visita de Andrés a Sonia, ella escuchó repentinamente un alboroto en la habitación contigua.
Cuando se levantó de la cama, se enteró de que algo le había sucedido a Regina.
Desde esta tarde, su condición había estado fluctuando, hasta que ahora... empeoró drásticamente.
Javier ya había llegado.
Ana, sin embargo, no estaba presente.
Cuando vio a Sonia sentada fuera de la sala de emergencias, Javier inmediatamente corrió hacia ella y la agarró por los hombros —¿Cómo está?
Sonia negó con la cabeza —Los médicos aún están intentando salvarla.
—¿¡Cómo pudo pasar esto!? ¡Cuando me fui estaba bien! ¿¡Fuiste tú a decirle algo que la alteró!?
Javier, incapaz de contener sus emociones, buscaba instintivamente a alguien en quien descargarlas.
Sonia lo miró con serenidad —Hay cámaras de seguridad en la habitación, puedes revisarlas tú mismo.
Esta respuesta tranquila dejó a Javier sin palabras.
Poco después, las puertas de la sala de emergencias se abrieron.
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