Sonia volvió a ver a Fabiola dos días después. Esta la llamó para reunirse en una cafetería. Aunque Sonia desconocía su propósito, no se negó.
—He decidido dejar Puerto Cristal —le dijo Fabiola directamente al llegar a la cafetería.
Los ojos de Sonia se abrieron de par en par: —¿Qué... significa eso?
—Exactamente lo que dije.
—¿Es por lo que pasó la última vez? ¿Está enojada con Andrés...?
—No —respondió Fabiola rápidamente—. Y puedo decirte que quiero irme porque... él superó la prueba que Andrés le puso.
Las pupilas de Sonia se contrajeron ligeramente ante estas palabras.
—Entonces usted quiere...
—En Puerto Cristal hay demasiada gente que nos conoce, y después de tantos años, me siento sofocada bajo el título de Fabiola. No quiero... seguir así.
—Lo hemos planeado todo: buscaremos un lugar donde nadie nos conozca y viviremos juntos.
—O dicho más simplemente... hemos decidido fugarnos.
Mientras hablaba, una sonrisa apareció en su rostro.
Sonia siempre había sabido que era hermosa. An