Sonia salió primero.
Manuel la seguía, manteniendo su amable sonrisa: —Entonces señor Campos... hasta pronto.
Andrés solo asintió sin expresión.
Las puertas del ascensor se cerraron, reflejando su rostro: ceño fruncido, labios tensos.
Mientras tanto, cuando Sonia iba a entrar en su habitación, Manuel la llamó.
Sonia se giró rápidamente.
—¿Mañana irás al set? —preguntó Manuel.
—¿Por qué no iría? —respondió Sonia.
Manuel sonrió: —Por nada, solo quería confirmarlo. Temía que tuvieras otros planes.
Sonia entendió inmediatamente su insinuación y respondió con voz firme: —No los tengo.
—Bien, entonces descansa. Buenas noches.
Antes de entrar a su habitación, Manuel le sonrió de nuevo. Esa sonrisa sugestiva hizo sentir incómoda a Sonia.
Antes de que pudiera decir algo, Manuel ya había entrado en su habitación.
Sonia permaneció un momento en la puerta, recordando la expresión de Andrés. No sabía si era su imaginación, pero cuando los vio, pareció... no sorprenderse en absoluto.
Por supuesto, n