Capítulo cincuenta y dos: Abrázame.
Apenas en ese instante alcancé a ver algo distinto en David, no me había enfocado en que su vestuario no era formal como casi siempre, tampoco usaba su perfume característico que olía a kilómetros de distancia, lucía desaliñado, como si ya no le importara su aspecto físico o la manera en que todos lo pudieran llegar a percibir, se mantenía en silencio mientras disminuía la velocidad de su camioneta dando aviso que habíamos llegado a la casa de su familia.
La mansión Montgomery era inmensa y de día se podía apreciar mucho más su belleza, era una lástima que no hubiera amor en aquel hogar que era la pieza más importante.
Bajé del auto y Gäel nuevamente estaba despierto, David me dió una mirada fugaz pero esta vez mucho más serio que antes.
— ¿Estás segura de querer entrar? Podrías quedarte en la camioneta, no quisiera hacerte pasar un mal rato...
— Entraré contigo David, yo también fui víctima de Gloria y vine a apoyarte — Confesé.
Sabía perfectamente que hace unos días habíamos tenido