Aimunan
Caminaba por el pasillo mientras iba pensando en la decisión que tomaría Jing-Sung con respecto a la condición para asumir la presidencia. Era de esperarse que las familias ricas así concretaran la permanencia de sus imperios en el tiempo y Jing-Sung no era la excepción.
Coloqué la contraseña, pero cuando entré me topé con Karl. Me asusté tanto que pegué un grito ahogado.
-Cálmate
-¿Cómo esperas que me calme si estás en mi departamento? ¿Cómo entraste?-reclamé histérica.
-Deberías cambiar la contraseña...
Miré al fondo y vi la espalda de mi jefe.
-¿ Qué hace aquí? -hablé bajito.
-Sus recuerdos volvieron. Quería verte y lo traje, no está bien ,tiene fuertes dolores de cabeza.
Sus recuerdos volvieron...Mi cara fue un total poema.
-Estaré abajo por si tenemos que sacarlo.
-Si si...Caminé con las piernas enchinadas. Sus recuerdos habían vuelto más rápido de lo que pensamos. Era algo bueno, pero también significaba que su reacción al respecto podría ser