Capítulo 73. Un trato
Ella negó con la cabeza, y suspiró.
-No. No es difícil. Pero es un peso sobre mis hombros que no deseo cargar sin que usted evalúe adecuadamente sus alternativas. Créame que entiendo su pasión y su lealtad. Amo eso de usted. Sin embargo, no deseo que el día de mañana recuerde esta propuesta y lamente haberse negado a dar un paso importante, sólo por amor… ¿Tan difícil es entender de qué manera me preocupo por usted y su bienestar?
Él la besó, primero con fuerza repentina, y luego con ardor, con ternura, con hambre, jadeando.
Se separó, agitado, susurrando:
-Nunca nos pondremos de acuerdo en esto, ¿verdad?
Ella lo miró a los ojos.
-No lo sé, señor Ares. Tal vez muy pronto sí. Por hoy, al menos tómese su tiempo para pensar, comamos abundante comida portuguesa, recuperemos horas de sueño, y terminemos bien este viaje…
Él suspiró.
-De acuerdo, pero con una condición.
-¿Cuál sería?
-Pase lo que pase, esta noche duerme en mi cama.
Ella sonrió:
-No pierde oportunidad para aprovecharse… ¿no