Capítulo 53. Otra vez en Inglaterra
Por fin la joven la miró.
-Lo… lo siento, señora Fritz.
-¿Está todo bien? Lamento de verdad esta situación… y que la afecte de este modo.
-¡No! No fue eso… recordé… cosas…
-No es necesario que me lo diga si no quiere. Pero si requiere el apoyo de alguna psicóloga, por algo de su pasado, puedo recomendarle a una…
Se miraron a los ojos, y un rayo de comprensión y empatía las atravesó. Era como verse en un espejo.
-Gracias, señora Fritz. Ya tengo una psicóloga desde hace casi tres años.
-Entiendo…
-Fue… por mi embarazo. No fue algo buscado… ni… consentido… Amo a mi hija, pero no ha sido fácil…
La señora Fritz suspiró. Lo entendía. Por supuesto que entendía a la mujer frente a ella.
-No se preocupe. No necesito saber más. Créame que la entiendo. Y espero que confíe en mí o en el señor Ares en caso de que la molesten. Como le dije, somos un equipo, tenemos mucho trabajo, y deseo que todo funcione a la perfección y nada ni nadie obstruya nuestra eficiencia. ¿De acuerdo?
-De acuerdo, señora