Shantal, luce hermosa e impoluta, se mantiene con una elegancia rígida muy característica en ella, mientras siente la música retumbar en lo más profundo de su pecho. En el interior del cuarto todo es caos, mujeres van y vienen mientras se prueban las diversas prendas. Faltan pocos minutos para salir a la pasarela y su pulso se acelera, no importa cuántas veces se haya devorado la pasarela, siempre sentirá los mismos nervios que la primera vez.

En los segundos previos a poner un pie en la pasarela, respira profundamente y siente la adrenalina recorrer completamente su sistema. La oleada de expectación y el hormigueo de la ansiedad amenazan con deshacer su firme determinación. Ha tenido días malos, demasiado malos, sin embargo, debe dejar eso de lado y salir a brillar.

Dobla en una esquina cerrada, manteniendo la elegancia en cada paso que da. Las duras le dan de lleno en el rostro, pero agradece su calidez, porque todo en esta escena es frío y artificial. Encuentra un rostro anónimo y duro, sentado entre el público al final de la pasarela, lo fija como punto de destino y camina con determinación hacia él, pisando fuerte, pisando con estilo, pisando con elegancia, pisando con poder y gracia. 

Su objetivo en este desfile es seducir a los críticos para que la aclamen, vender el sexo y la sensualidad que se plasman en cada costura de las prendas que viste, exudar confianza y engañar al consumidor para que crea que lo desea, aunque es una prenda que jamás en la vida va a utilizar. Para eso le pagan, para ser hermosa y perfecta, implacable y sensual.

Se contornea sensualmente en cada paso, camina por la pasarela con dominio aristocrático, como si está fuera de ella. Se detiene cerca del pie del escenario, adopta una pose coreografiada que está calculada para parecer indiferente y mira fijamente a todos los rostros que la están evaluando, esboza una sonrisa torcida para todos los que anhelan con verla tropezar.

El desfile culmina con ella y puede sentir la explosión de aplausos a su alrededor. Se mantiene inmutable y con la misma gracia y sensualidad que entró en la pasarela, se retira. Se cambia rápidamente de ropa y busca su teléfono celular para apreciar las críticas.

Al final, cuando las fotos aparecen en las redes sociales, los blogs y las revistas online, uno se pregunta quién lleva puesto a quién. ¿Shantal es quién lleva puesta las prendas de famosos diseñadores de moda? ¿O la casa de diseño es quién lleva puesta a Shantal?

Cuando la semana de la moda en Italia llega a su fin, Shantal se a ganado su sitio en la industria. Rápidamente su fama crece como la espuma y los medios la denominan "La reina de hielo." Si le preguntas a cualquiera de las otras chicas detrás del escenario, te dirán cómo Shantal realmente se ganó ese nombre. Te dirán que tiene una personalidad fría con su competencia, es tenaz y despiadada. Suponen que no se atreverá a relacionarse con las otros modelos, aunque juzgan sin siquiera tomarse el tiempo de conocerla. 

Todos saben que pertenece a una clase completamente diferente, ella viene de cuna de oro, donde su padre es uno de los multimillonarios más ricos de todo Europa. Además de ser la bella esposa de cierta estrella de rock, ya había ganado notoriedad y estatus de favorita de los medios antes de poner un pie en una pasarela. 

Si engatusas a las otras modelos mientras fuman cigarrillos mentolados y beben champán a raudales después del desfile, es posible que admitan que llaman a Shantal de una manera ligeramente diferente cuando está de espaldas. Entre las otros modelos femeninas, se lo conoce como la Reina de Hielo, porque la consideran una zorr@ afortunada y fría.

Cuando Shantal está en la pasarela o en el estudio de un fotógrafo, no ve el escrutinio en los ojos de quienes la observan. Su enfoque es singular y perfecto. Eso es ser una top model, esforzarse por ser adorada, todo mientras se hace ver como si no te importara un carajo lo que piensen los demás. A Shantal le sale con tanta naturalidad, porque eso es ser miembro de la aristocrática familia Montfort.

Ser suave e impecable por fuera, pero de bordes irregulares y rotos por dentro. Ser aristocrática en un momento y vulgar en el siguiente. Guardar secretos tras una bonita fachada, pero proyectar la ilusión de que esos secretos podrían extraerse con el tipo adecuado de coerción. Ser joven, imprudente y hermosa y hacer que todos codicien tu estilo de vida, mientras arruinas tu vida y te autodestruyes espectacularmente sin que nadie pueda percatarse de eso.

Eso es ser la reina de Hielo. Cuando el hielo se derrite al final de la temporada, el brillante reino se pierde...

Shantal caminaba con elegancia entre los invitados del evento, los flashes de las cámaras iluminando su figura con destellos brillantes. La música resonaba en el fondo y el murmullo de la multitud creaba un ambiente electrizante. Justo cuando estaba a punto de entrar al evento, una periodista de un popular programa juvenil la detuvo, micrófono en mano.

—¡Shantal! ¡Shantal! —Llamó una periodista con micrófono en mano, cuando la rubia volteó a verla está sonrió con entusiasmo. —¿Podrías compartir con nosotros lo que se siente ser nombrada como la reina de la moda europea?

La joven esbozó una sonrisa suave, observando directamente a la cámara. —Esto no ha sido nada de fácil, detrás de este logro hay muchísimo trabajo. Hay que dedicar horas de tu día a día para aprender y perfeccionar movimientos, la caminata, etc. —Apartó delicadamente un mechón de cabello de su rostro. —Creo que hoy en el desfile se ha reflejado mi esfuerzo y arduo trabajo. 

—Cuentanos Shantal, ¿qué se siente estar casada con Archer Polters, una estrella de rock tan famoso como él? Por que para nadie es un secreto que Archer ha adquirido una fama inmensa en los últimos meses. —La periodista extiende el micrófono, deseosa de capturar cada detalle de lar respuesta de la modelo.

Era una pregunta bastante frecuente desde que comenzó a hacerse conocida, por lo que una radiante sonrisa se dibujó en su rostro. —Archer es lo mejor que me pasó en la vida, estar casada con él es todo un sueño. Aunque lo nuestro viene desde que teníamos once años, fuimos mejores amigos y nos enamoramos perdidamente. 

La reportera sonrió, capturando la respuesta con su cámara. Plasmando la emoción en el rostro de la modelo. —Eso es muy romántico Shantal. ¡Gracias por tu tiempo! —Extendió su mano y Shantal con educación la estrechó.

—Gracias a ti —respondió Shantal, despidiéndose con una tenue sonrisa, giró rápidamente perdiéndose entre la gente.

Una vez a solas, sin nadie observándola o exigiéndole ser la dama perfecta y sin el escrutinio de los fans, Shantal se permitió ser ella misma. Sus bonitos ojos grises que minutos antes mostraban confianza y alegría, ahora se llenaban de lágrimas, reflejando la tristeza que comenzaba a ahogarla por dentro. La rubia, se detuvo en un rincón apartado sintiendo de pronto el peso de sus propias palabras. No había mentido en la entrevista, jamás podría mentir al respecto, por que estar casada con Archer era lo mejor que le pudo pasar en la vida. Pero las cosas últimamente eran más complejas de lo que se atrevía a aceptar.

La fama que Archer había alcanzado en el último año era tan inmensa que comenzaba a ahogarlos, creando un abismo entre ambos, abismo que se hacía más inmenso con cada día que pasaba. Las giras interminables de Archer, las exigencias de la industria y su propia carrera de modelaje estaban comenzando a derribar lo que habían construido en el pasado. La ausencia de Archer dolía, dolía más de lo que se atrevía a demostrar.

Shantal se secó las lágrimas con cierta brusquedad, sintiendose estúpida por estar llorando en un rincón. Pero de pronto recordó el amor que había compartido con Archer en sus días más simples, antes de que el estrellato se interpusiera entre ellos. Sabía que debían luchar por lo que tenían, pero a veces se sentía tan sola en medio de la multitud. Necesitaban luchar ambos, pero la indiferencia repentina de Archer comenzaba a hacerle pensar que estaba sola en la batalla.

Respirando hondo, se recompuso y se dirigió hacia la entrada del evento, con la falsa sonrisa en su rostro una vez más. Pero en su corazón, una pequeña duda se había instalado. ¿Podrían superar el desafío que la fama les había impuesto? Con la esperanza de que el amor prevaleciera, se adentró en el mundo reluciente que la aguardaba, aunque una parte de ella seguía anhelando el refugio de su vida anterior.

Su único refugio, los brazos fuertes de Archer...