Durante los días que siguieron a la pérdida del bebé de los Scott, la pareja se sumió en la más profunda nostalgia.
Los demonios de Waylon no lo dejaban en paz. La ira se apoderaba de él al pensar que Lara habría podido ser capaz de engañarlo con Rowdy, pero luego la tristeza de perder aquello que podría haberle traído un poco de alegría lo hundía en la soledad y la culpa.
Sobre todo, la culpa, porque en su interior, y de alguna manera sabía que no podía seguir siendo hipócrita, pues él también le había sido infiel a Lara con Ashley, o eso era lo que pensaba, porque en su trabajo de engañarlo la morena había sido muy buen y Waylon estaba convencido de su desliz con ella.
había ido a enfrentar a Rowdy a la casa de huéspedes, una tarde de fin de semana, esperando que él fuer sincero y aceptara la culpa, pero solo descubrió que había viajado por cuestiones de negocios, « ¡Muy conveniente!, así no tiene que dar la cara por nada » Pensó Waylon cuando su mujer lo invitó a pasar vestida solo