— ¡No! — El dolor del eco expresado en ese grito desgarrador de Lara estremeció las entrañas de Waylon que, a pesar del enojo que traía contra ella tras haberse enterado de su antigua relación con Rowdy, no pudo evitar sentir la necesidad de rodearla con sus brazos, pero se contuvo.
Su estúpido orgullo de macho herido no se lo permitió, estaba convencido de que la rubia tenía más secretos, y que en la historia de ella con Rowdy faltaban piezas todavía por descubrir, y eso lo volvía loco.
— ¡No puede ser, yo no podía estar embarazada, lo hubiera sabido! — dijo con desesperación.
De pronto, un par de cosas cruzaron por su mente, los mareos, los dolores de cabeza, las agruras, las náuseas insoportables y los vasos con zumo de limón que Susan le daba, el insomnio, y el sentirse como si su cuerpo no fuera suyo últimamente… ¿Sería posible? ¿Tantas señales y no haberse dado cuenta?
— No puede ser… si lo estaba… ¡Solo que no pude verlo porque tenía la cabeza puesta en esa maldita fiesta! ¿Y