Consecuencias
Consecuencias
Por: Christina AL
De camino a la fiesta

— Por favor Samantha, la semana pasada me prometiste que irías conmigo.- dice Becca sentándose a mi lado en mi cama doble.

— Sé que lo prometí, pero ahora ya no quiero ir.—Trato de explicarle, lo cual sería muy difícil, porque una vez que quiere algo, nunca renuncia a lo que quiere.

— Así que dime por qué ya no quieres ir. Si me das una explicación válida, plausible y convincente, dejaré de quejarme y dejaré de ir.—ella dice. Realmente no tengo una explicación, una verdadera razón. Simplemente no quiero ir, Nunca me fue bien en este tipo de fiestas, porque siempre termino bebiendo demasiado y haciendo alguna estupidez de la que al final me arrepiento y que hace que mi papá se asuste para siempre.

— No me siento bien, eso es todo.—Miento y recibo su mirada dubitativa.

— No sé por qué todavía no me convence.—dice irónicamente mi amigo.

— De verdad no te vas a rendir, ¿verdad, Becca?—digo y dejo escapar un breve suspiro.

— ¡Nunca!—se ríe haciéndome poner los ojos en blanco.

— Está bien.—finalmente digo y ella salta.

— ¿Qué? ¿En serio?—pregunta emocionada.

— ¡Sí Rebecca, voy a ir a esa m*****a fiesta! ¿Estás satisfecho ahora?—Le digo mientras me levanto de la cama hacia el baño.

— Helloo querida, estoy más que satisfecha.—dice saltando encima de mi cama con aspecto de niña.

— Ya basta y ahora discúlpame para poder arreglarme.—digo antes de cerrar la puerta del baño, justo detrás de mí.

— ¿Y quién dijo que te quiero ver desnuda? Si juegas a Samantha y por cierto, me voy a la habitación de tu hermano caliente para arreglarme allí.—ella grita.

— Ahórrame esas cosas, ¿de acuerdo? ¡No quiero oír hablar de eso! —grito de vuelta al oírla reír mientras azotaba la puerta de mi dormitorio.

Conocí a Becca cuando yo tenía ocho años y ella diez, después de eso nunca nos separamos. Es una gran chica, tiene una gran personalidad y siempre está conmigo en momentos que más necesito y creo que soy de la misma manera con ella, Becca actualmente se encuentra con mi querido y único hermano, Sean. Tienen una química innegable y sé que aunque en realidad no están saliendo, ambos se gustan mucho y deseo que un día de estos se reúnan para siempre. Después de terminar de ducharme, me envuelvo en una toalla y voy a mi armario, y honestamente no sé qué ponerme, Soy terrible eligiendo ropa y definitivamente debería haberle pedido a mi amiga que escogiera algo para mí.

Finalmente, termino eligiendo un vestido rojo ajustado, que me queda unos centímetros por encima de la rodilla, pero nada vulgar. Su escote no es tan grande y me deja el tamaño justo para mis pechos, los tirantes quedan un poco caídos al hombro y me siento cómoda con el. Llevo Scarpin del mismo color y decido dejarme el pelo rubio suelto, rizo las puntas y lo suelto, dejando que me golpeen la cintura, decido aplicarme un ligero maquillaje y antes de irme agarro mi iphone y mi cartera.

Segundos después, ya estoy llamando a la puerta de la habitación de Sean llamando a Rebecca, quien dice que está lista y nada, lo que me impacientó aún más.

— Becca, voy a contar hasta tres, y si no sales de ahí, ¡te juro que no voy a ir contigo!- digo en voz alta y escucho a Sean gruñir.

— ¡Ya voy chica!—grita haciéndome rodar los ojos.

— 1, lo digo en serio! 2, come Sean más tarde...—antes de llegar a las tres se abre la puerta. Sean está sin camisa mostrando sus tatuajes y no creo que papá sueñe siquiera con su existencia.

— Deja que papá vea esos tatuajes de Sean —digo.

- ¡Habla en serio! ¿Incluso tu hermanita?—dice sonriendo de lado.

— Solo digo cariño, pero basta de charla y por favor, Rebecca, vámonos... —lloriqueo a mi amiga que tiene sus brazos alrededor de la cintura de Sean.

— Por supuesto y por cierto, eres un bombón en Samantha. ¡Seguro que hoy te deshaces!—dice riendo.

— ¡Ni siquiera vas a salir así, Sam!—dice mi hermano bromeando cuando se da cuenta de mi atuendo.

— Tú no me gobiernas y Becca no estoy atascado. Yo no salgo porque no quiero, un pretendiente es lo que no me falta. Así de simple.—digo yo.

— ¿Y quiénes son esos halcones detrás de ti? ¿El padre sabe de esto?—interroga Sean.

— Si es niño, ya he crecido.—digo convencida.

— Creció pero, no sabe nada de lo que pasa por la cabeza de un hombre.—dice.

— Me alegro de no saberlo, después de todo, solo debes tener m****a en la cabeza. ¿Y sabes qué? Fui, te espero abajo Becca.—Digo un poco irritado con toda esa charla. Sean tiene las mismas obsesiones que nuestro padre, la obsesión de querer protegerme de todo y ya deben saber que algún día tendré que hacerme daño, saber sobrevivir frente a todo. Los amo por eso, ellos y Becca son todo lo que he tenido desde que mamá murió, cada vez que necesito mi hermano y mi mejor amigo están ahí para mí sin importar lo que pase.

— No debería ser grosero con él.— dice Becca defendiéndolo, en cuanto baja las escaleras.

— Yo se. Simplemente no me gusta toda esta protección, a veces sofoca demasiado.—Confieso molesto.

— Entiendo, pero cuando llegues, habla con él. Sean te quiere mucho, al igual que yo.—dice y luego le doy un abrazo.

— Lo sé, lo siento.—digo en voz baja.

— Muy bien, ahora vámonos que se nos hace tarde.—dice.

— Tu culpa, por cierto.— le digo.

— Deja de aburrirte y vámonos.- dice y me arrastra por la puerta hacia su auto negro, como ella lo llama: "Moose" y entenderá por qué.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo