Carlota Rodríguez Me veo en el espejo, mi cabello con un moño alto bien peinado, mi pollina enmarcando mi rostro perfectamente maquillado con un delineado grueso en mi parpado y labial rojo, me coloque una falda lápiz negra ajustada, una blusa blanca y una blazer gris, y zapatos de tacones infinitos negro. No parezco yo, no sé si exagere arreglándome, Pero definitivamente me veo como alguien capaz de ganar cinco cifras en su primer trabajo. Me voy en metro, el cual a esta hora está a reventar, Pero aún así llegó justo a tiempo, siento un vacío en el estómago de los nervios. Hago justamente lo que la chica me indico, y al llegar pregunto por Silene, la chica que me atiende abre sus ojos y me hace pasar de inmediato.Una joven morena menuda y de cabello abundante me recibe con una gran sonrisa.—Me alegro que te hayas tomado el tiempo de venir, mi nombre es Silene y soy quien te llamo ayer — me extiende la mano y yo le respondo con un apretón firme.—Es un placer estar aquí, la verd
Carlota Rodríguez El sonido del teléfono nos devuelve a la realidad, veo a mi alrededor y estoy sobre su escritorio con varias cosas en el suelo, mi falda está a la altura de la cintura, su camisa y su correa están desabrochadas, mi blazer tirado en el suelo. Me bajo de inmediato, joder que hasta los tacones están desparramados, el se pasa la mano por la cara, toma un respiración profunda y contesta el teléfono.—¿Si Brigitte? —Señor llamo para recordarle la junta que tiene con producción referente al nuevo producto árabe….—En cinco minutos estaré allí, organiza todo — tranca el teléfono sin delicadeza Ya me he acomodade la falda y me he colocado el blazer, recojo mis tacones, mi corazón palpita desbocado…—¿Tienes algún baño…? — digo incómoda, me señala una puerta y corro hacia ella, entro y pongo cara de horror al verme, mi labial está corrido, joder, no puede ser que estar al lado de este hombre me termine comportando como una maldita prostituta. “¿Qué carajos me pasa? "Me a
Carlota Rodríguez Mi cabello tenía una maraña de nudos imposibles de desenredar, no sé porque motivo, a pesar de tener un cabello medianamente lacio, al dormir se me hacían este tipo ataduras que al tratar de soltar terminaba por arrancar gran parte de cabellos. —Carlota, ya me voy, el trabajo en casa de los Thompson será hasta mañana, es su aniversario por lo tanto me quedaré cuidando al pequeño — mi madre, Carla, entra para despedirse de mi — Cuidado al manejar, avísame en lo que estés de vuelta. —Si mami, yo también voy saliendo a la universidad, en lo que termine con esto — termino arrancando un mechón desde la raíz — Joder!! —Dios! Ese cabello siempre ha sido rebelde, descanse desde que se volvió tu responsabilidad — giro mis ojos, tampoco es que se esforzará mucho, no fui jamás! La niña de bonitos peinados, todo lo contrario, una cola alta era lo mas usual. —Si, aunque sigue siendo tu culpa, será parte de tu herencia! —No, es culpa de tu padre — se acerca y me da un beso
Gregor Thompson Mis respiraciones profundas no me están dando el efecto que mi mente requiere, llego a casa e Irina no se encuentra, de nuevo. Mi hijo está a cargo de su niñera, no tengo queja alguna de la señora Carla, le ha dedicado más tiempo a Mathias que su propia madre. Trato de estar presente, Pero mi trabajo no me lo permite, Soy el Chief executive officer de la Corporación que me ha dejado mi madre casi en banca rota. Fue difícil terminar mis estudios, todo porque ya la empresa se caía a pedazos, buscar entre montones y montones de papeles me llevo a conseguir el desfalco multimillonario de su pareja, ahora el vive en las Maldivas y ella en casa sobreviviendo luego de un ataque cardíaco. Irina es mi novia desde la universidad, me dio mucho apoyo emocional, fue quien me ayudó mientras estudiaba y trabajaba para resurgir a U&G de entre las cenizas, no era de familia adinerada como yo y su amor por mi me pareció sincero, no estaba en mis planes casarme con ella tan pronto,
Carlota Rodríguez. El último día de exámenes, mi amigos presentan los suyos según su carrera, y quedarnos en vernos en el cafetín del la universidad al terminar, zapateo cuando veo que no soy la primera en llegar, ya que Williams está en una mesa con su teléfono en mano, al verme acercarme me hace burla. —¿Por qué tardaste tanto, bebé? — resopló sentándome a su lado. —Fui la primera de mi clase en entregar. —Yo igual… Dorothea resopla al vernos también. —Joder, fui la primera en entregar, ¿Qué les tocaba? La materia más sencilla, de seguro — se sienta a mi lado. —Estadísticas — digo yo. —Calculo empresarial — responde Williams. —Cerebritos… ¿Qué haremos hoy para celebrar? Nos merecemos irnos de fiesta, asique no hay Pero que valga — se que lo dice por mi, no soy la más fiestera, soy más de leer libros en la soledad de mi habitación mientras me como un snack y bebo un delicioso papelón con limón. —Esta bien, Dorothea, hoy iré, debo ir a llevarle primero unas cosas a m
Gregor Thompson —Te espero en mi local a las 11:00 tengo un par de chicas nuevas que se, podrían gustarte, tus verdaderos gustos, aquellos, antes de que cometieras matricidio — giro los ojos, ya Mathias está dormido, así que salgo para poder hablar mejor al teléfono. —Tengo mucho trabajo, sabes que… — Me interrumpe —Desde que te casaste te dedicaste en cuerpo y alma a la empresa y a tu familia, por una noche que te aloques no va pasar nada. —Joder — Paso la mano por mi cabello, estos días han sido tres veces más estresante, la verdad si me merezco un noche para mí —Esta bien, estaré allí en un rato. —¡¡Aleluya!! Corto comunicación y me voy alistar, aviso a la niñera antes de salir, aunque yo sé que ella siempre está atenta a Mathias. Elijo mi auto deportivo, tengo siglos sin usarlo, no está demás presumir el fruto de mi trabajo por una noche. Ya casi en media noche y hay un gentío fuera esperando poder entrar, Nathan, mi mejor amigo y dueño me espera fuera. —El gran Gr
Carlota Rodríguez Mi cabeza duele, y no por lo que debería doler, imaginaba estar a esta hora sufriendo por una resaca olímpica, no por el señor jalón de mechas que me dieron, de gratis. Mi mente vuelve al momento y no lo creo, interrumpieron mi momento de diversión según que porque era menor de edad, y luego esa jodida loca apareció, lo más irónico es que no siquiera le ví la cara! Casi me deja calva. No, bueno, en realidad me arranco solo una par de cabellos, Pero el jalón si fue rudo. Aunque, aunque, viendo lo positivo del todo lo que sucedió, puede estar en los brazos del papacito de Gregor Thompson.Aprieto las sabanas y doy un gritito, que el hombre está buenísimo, que jamás me imaginé si quiera tocarlo, y anoche luego de que su ex enloqueciera me atendió y reviso para asegurarse de que estaba bien, además, me trajo en su lujoso auto a mi casa. Es una persona seria y se nota poco expresivo, Pero su vergüenza por lo sucedido se notaba a leguas, no hablamos nada en el camino
Carlota Rodríguez —¿Dónde está mi madre? — llego como torbellino a la clínica y le pregunto a Sr Thompson al verlo, bastante alterada — ¿Qué fue lo que pasó? —La están atendiendo, no hubo heridas graves…—¿¿Heridas?? — Busco a lo lados a ver si la veo, quiero llorar —¿Qué carajos fue lo que ocurrió? Suspira y pasa la mano por si rostro — La madre del niño se coló en la casa, violando la seguridad, tuvieron un altercado aparentemente ya que se quiso llevar a Mathias y tú madre se interpuso, estaba cerca de las escaleras y se cayo.—Esa maldita desquiciada — joder, que mi madre se pone también a meterse en lo que no debe, de pronto pienso en el bebé — ¿Y Mathias? ¿Cómo está Mathias? ¿Se lo llevó? —El está bien, la seguridad intervino y la lograron detener, ahora se encuentra a cargo de mi padre y su esposa, Irina está detenida.Paso las manos por mi cara — Gracias a Dios, ahora quiero ver a mi madre, por favor dime dónde está. —Esta en urgencias, la están revisando, solo fueron una