Carlota Rodríguez Está vez me decido por algo más elegante, un pantalon gris de pinzas, unos tacones negros, una blusa blanca y me maquillo sencillo, Pero me siento como una hoja de periódico vieja, siento que me hace falta algo de color, así que cambio los tacones negros por unos rojos y mis labios los maquillo igual, suelto mi cabello alisado y listo. Me veo bien, gracias a Dios y al ataque impulsivo de Dorothea de hace un par de meses, cuando nos dieron la información de los exámenes finales para culminar nuestras carreras me invitó de compras, ese día elegimos decenas de trajes para trabajar en oficinas, todos elegantes, todos a la moda. Salgo temprano de casa para llegar antes, así me voy preparando mentalmente para lo que viene. El metro como de costumbre está a reventar, así que me toca esperar a un siguiente viaje, con cientos de personas detrás de mi, dispuestas a pasarme por encima. Lo importante es que llegó quince minutos antes, y hago lo que se me dijo, subo a la ofi
Carlota Rodríguez La alarma suena y la lanzo hacia el suelo, me acomodo de nuevo en la cama para seguir durmiendo, Pero mi cerebro me recuerda que hoy es mi segundo día y me levanto ipso facto, mis articulaciones y entrepierna recuerdan la actividad de anoche, joder…. Si tenía dudas de que se hombre tenía más potencia, anoche las aclaro. Cojeo hasta el baño y abro el agua fría, es lo mejor para despertarme del todo y aliviar los dolores, no me dará tiempo de arreglar mi maraña de cabello, así que aplicó suficiente crema para mantener el control durante el día, aunque al final me hago un moño de bailarina con la pollina alisada, me maquillo un poco más para disimular las ojeras, y me coloco una braga de jean, con una sandalias transparentes altas, todas son altas, me encantan como se ven mis piernas al usarlas. Veo mi cama y muerdo mi labio inferior, anoche fue… no tengo palabras, solo se que me encanto la bienvenida a la empresa.Hoy si voy derecho a mi oficina, con las pautas de a
Carlota Rodríguez Respiro profundo mientras se acerca, siempre probándome, siempre acechándome, y yo siempre cayendo, Pero no está vez, doy un par de pasos hacia atrás, alejándome de la tentación. —¿Qué haces aquí? — pregunto sin evitar que mi voz suene molesta — Deberías estar dándole las pautas a tu nueva jefa de finanzas, ya le dejé prácticamente el trabajo hecho así que…El suspira como si yo estuviera haciendo drama, que lo estoy haciendo por supuesto Pero no es el punto — No vas a renunciar, ni te vas a ir de mi empresa deja la niñeria, entiendo que seas joven pero….—Pero nada, soy joven, no idiota, se perfectamente mi edad, aún así tengo la capacidad de ejercer en este puesto de trabajo y no pienso dejar que ella sabiendo mi lugar y el suyo venga a pisotearme, sino, entonces porque carajos no le elegiste a ella como jefa de departamento de una puta vez — camino a la cocina por agua, es que cada vez que recuerdo la insolencia de la rubia envidiosa se me envenena la sangre.
Carlota Rodríguez Mi cabello tenía una maraña de nudos imposibles de desenredar, no sé porque motivo, a pesar de tener un cabello medianamente lacio, al dormir se me hacían este tipo ataduras que al tratar de soltar terminaba por arrancar gran parte de cabellos. —Carlota, ya me voy, el trabajo en casa de los Thompson será hasta mañana, es su aniversario por lo tanto me quedaré cuidando al pequeño — mi madre, Carla, entra para despedirse de mi — Cuidado al manejar, avísame en lo que estés de vuelta. —Si mami, yo también voy saliendo a la universidad, en lo que termine con esto — termino arrancando un mechón desde la raíz — Joder!! —Dios! Ese cabello siempre ha sido rebelde, descanse desde que se volvió tu responsabilidad — giro mis ojos, tampoco es que se esforzará mucho, no fui jamás! La niña de bonitos peinados, todo lo contrario, una cola alta era lo mas usual. —Si, aunque sigue siendo tu culpa, será parte de tu herencia! —No, es culpa de tu padre — se acerca y me da un beso
Gregor Thompson Mis respiraciones profundas no me están dando el efecto que mi mente requiere, llego a casa e Irina no se encuentra, de nuevo. Mi hijo está a cargo de su niñera, no tengo queja alguna de la señora Carla, le ha dedicado más tiempo a Mathias que su propia madre. Trato de estar presente, Pero mi trabajo no me lo permite, Soy el Chief executive officer de la Corporación que me ha dejado mi madre casi en banca rota. Fue difícil terminar mis estudios, todo porque ya la empresa se caía a pedazos, buscar entre montones y montones de papeles me llevo a conseguir el desfalco multimillonario de su pareja, ahora el vive en las Maldivas y ella en casa sobreviviendo luego de un ataque cardíaco. Irina es mi novia desde la universidad, me dio mucho apoyo emocional, fue quien me ayudó mientras estudiaba y trabajaba para resurgir a U&G de entre las cenizas, no era de familia adinerada como yo y su amor por mi me pareció sincero, no estaba en mis planes casarme con ella tan pronto,
Carlota Rodríguez. El último día de exámenes, mi amigos presentan los suyos según su carrera, y quedarnos en vernos en el cafetín del la universidad al terminar, zapateo cuando veo que no soy la primera en llegar, ya que Williams está en una mesa con su teléfono en mano, al verme acercarme me hace burla. —¿Por qué tardaste tanto, bebé? — resopló sentándome a su lado. —Fui la primera de mi clase en entregar. —Yo igual… Dorothea resopla al vernos también. —Joder, fui la primera en entregar, ¿Qué les tocaba? La materia más sencilla, de seguro — se sienta a mi lado. —Estadísticas — digo yo. —Calculo empresarial — responde Williams. —Cerebritos… ¿Qué haremos hoy para celebrar? Nos merecemos irnos de fiesta, asique no hay Pero que valga — se que lo dice por mi, no soy la más fiestera, soy más de leer libros en la soledad de mi habitación mientras me como un snack y bebo un delicioso papelón con limón. —Esta bien, Dorothea, hoy iré, debo ir a llevarle primero unas cosas a m
Gregor Thompson —Te espero en mi local a las 11:00 tengo un par de chicas nuevas que se, podrían gustarte, tus verdaderos gustos, aquellos, antes de que cometieras matricidio — giro los ojos, ya Mathias está dormido, así que salgo para poder hablar mejor al teléfono. —Tengo mucho trabajo, sabes que… — Me interrumpe —Desde que te casaste te dedicaste en cuerpo y alma a la empresa y a tu familia, por una noche que te aloques no va pasar nada. —Joder — Paso la mano por mi cabello, estos días han sido tres veces más estresante, la verdad si me merezco un noche para mí —Esta bien, estaré allí en un rato. —¡¡Aleluya!! Corto comunicación y me voy alistar, aviso a la niñera antes de salir, aunque yo sé que ella siempre está atenta a Mathias. Elijo mi auto deportivo, tengo siglos sin usarlo, no está demás presumir el fruto de mi trabajo por una noche. Ya casi en media noche y hay un gentío fuera esperando poder entrar, Nathan, mi mejor amigo y dueño me espera fuera. —El gran Gr
Carlota Rodríguez Mi cabeza duele, y no por lo que debería doler, imaginaba estar a esta hora sufriendo por una resaca olímpica, no por el señor jalón de mechas que me dieron, de gratis. Mi mente vuelve al momento y no lo creo, interrumpieron mi momento de diversión según que porque era menor de edad, y luego esa jodida loca apareció, lo más irónico es que no siquiera le ví la cara! Casi me deja calva. No, bueno, en realidad me arranco solo una par de cabellos, Pero el jalón si fue rudo. Aunque, aunque, viendo lo positivo del todo lo que sucedió, puede estar en los brazos del papacito de Gregor Thompson.Aprieto las sabanas y doy un gritito, que el hombre está buenísimo, que jamás me imaginé si quiera tocarlo, y anoche luego de que su ex enloqueciera me atendió y reviso para asegurarse de que estaba bien, además, me trajo en su lujoso auto a mi casa. Es una persona seria y se nota poco expresivo, Pero su vergüenza por lo sucedido se notaba a leguas, no hablamos nada en el camino