Carlota Rodríguez
El sonido del teléfono nos devuelve a la realidad, veo a mi alrededor y estoy sobre su escritorio con varias cosas en el suelo, mi falda está a la altura de la cintura, su camisa y su correa están desabrochadas, mi blazer tirado en el suelo.
Me bajo de inmediato, joder que hasta los tacones están desparramados, el se pasa la mano por la cara, toma un respiración profunda y contesta el teléfono.
—¿Si Brigitte?
—Señor llamo para recordarle la junta que tiene con producción referente al nuevo producto árabe….
—En cinco minutos estaré allí, organiza todo — tranca el teléfono sin delicadeza
Ya me he acomodade la falda y me he colocado el blazer, recojo mis tacones, mi corazón palpita desbocado…
—¿Tienes algún baño…? — digo incómoda, me señala una puerta y corro hacia ella, entro y pongo cara de horror al verme, mi labial está corrido, joder, no puede ser que estar al lado de este hombre me termine comportando como una maldita prostituta.
“¿Qué carajos me pasa? "
Me a