Capítulo 2

Narra Arlen:

Cuando la vi de píe, con aquellos hermosos ojos castaños llenos de angustia, con ese cabello negro y sedoso de olor a rosas aquella noche, supe que la había finalmente encontrado, era ella, la Ciara que recuerdo de esa noche ardiente que fue la mejor de mi vida. Emmeran apareció en mi puerta hace unos días diciéndome que había encontrado a mi Ciara, aunque no me dio mas detalles de ello, y es que, desde aquella noche en que estuve con ella, nunca pude olvidarla, la joven asustada que salió huyendo de mi departamento en lugar de quedarse deslumbrada por mi poder y mi dinero, y que tuvo su primera vez conmigo, había sido encontrada después de casi cinco años que la busque sin descanso. Solo con ella me sentí pleno, aquella ardiente chica de melena negra y ojos castaños, que bailaba en medio de la pista de baile a la que asistí solo por compromiso. Desde el momento en que entré en ese sitio, pude notarla, tímida al comienzo, apartada de todos y bebiendo sola, parecía no encajar allí, y luego, como si dos personalidades habitaran el mismo cuerpo, de un momento a otro la vi bailando, y tuve que apartarla de las miradas de otros, porque, la quise desde el instante en que la vi solo para mí. Bailamos, bebimos, conversamos como si nos conociéramos de toda la vida, y luego de aquel beso torpe que me dio, supe que la quería en mi cama. Sin embargo, cuando la tuve para mí, y tomé de ella lo que quería, supe que había sido su primero, y eso, me hizo adorarla y sentirme tan culpable por haberla tomado, que realmente quise emendar mi error. Sin embargo, tan fugaz como las estrellas, desapareció de mi vista en cuanto la valentía que nos da el alcohol pereció, se negó a decirme su apellido, y nunca mas volví a verla.

Ese día, mi ego y orgullo me dijeron que en unas horas recibiría un mensaje o llamada suya, que había, igual que todas, quedado deslumbrada por mi atractivo y mi dinero, pero me equivoque, no solo no llamo, si no, que no tenia manera de contactarla. Mi arrogancia me dijo que tan solo estaba a asustada y que ella me llamaría los siguientes días, después de todo, ¿Quién no querría estar con alguien como yo? Asediado por mujeres de toda índole, y un CEO millonario que podía darle tanto lujo deseara, pero no me llamo. Paso una semana, luego dos y luego tres, y aquella esperada llamada nunca llego. Comencé a buscarla, solo tenía su nombre y apariencia para encontrarla, contacté a todas las personas que conocía de aquella fiesta, y nadie supo decirme.

Durante meses la busque sin descanso, y nunca supe mas nada de ella…sentí mi corazón herido y roto, pues había sido despreciado por primera vez en toda mi vida, y la convertí en mi obsesión, en mi mayor deseo, busque en otras mujeres sentir lo mismo que sentí aquella noche con ella…y nunca lo conseguí.

Verla frente a mi me hubiese llenado de dicha, y a sus pies me habría arrojado sin dudarlo…pero, ese pequeño, aquel niño que se aferra a ella con todas sus pequeñas fuerzas y que, coincidentemente, parece tener justo la edad de los años en que a ella la conocí, me ha preguntado si soy su padre, y yo, no he sabido que decir. Su cabello es cobrizo, castaño cobrizo, igual al mío, sus ojos son dos pozos de mar, igual que los míos, su nariz, idéntica a la de mi madre y la mía, su piel clara, similar a mi tono, me encendieron todas las alarmas en mi haber, ese niño, hijo de ella, no mayor a los cinco años…no, no podía ser cierto, ¿O sí?

La ira se encendió dentro de mí, aquella llamada que nunca llego ¿Fue por esto? Ciara había huido…con un hijo mío, fruto de aquella noche, y aunque tengo que hacer pruebas genéticas, no puedo negar que el parecido de ese hermoso pequeño conmigo es innegable. Ella se ha quedado petrificada, tan asustada como la vi esa mañana que huyo de mi departamento, y ante mi pregunta se ha desmayado.

—Mami, ¿Estas bien? ¡Mami! — la voz de ese pequeño me ha sacado de mi estupor, y corriendo hacia ella, la he tomado en mis brazos.

Noto en su rostro huellas de evidente cansancio. Miro a Emmeran y el, toma al pequeño en brazos, ambos corremos hacia mi auto con ellos en brazos, mis amistades, decididos a acompañarme en esta aventura de conocer a la mujer de mis sueños, se han quedado de piedra atrás y yo, ya no se como sentirme al respecto. ¿Por qué no me llamo? ¿Por qué no me dijo que estaba embarazada? Pensando nuevamente en ello mientras conduzco en busca de algún hospital, me replanteo a mi mismo esa pregunta, ¿Qué habría hecho yo de saberlo en su momento? El niño era idéntico a mí, pero, aun así, mientras no hiciera la prueba de ADN no podría estar seguro. ¿Qué estoy pensando? Me reprocho a si mismo.

—Vaya, eso no salió bien — dijo repentinamente mi hermano. Entonces, caigo en cuenta de que el debía saberlo y mi ira aumenta.

—Tu lo sabias ¿Y no me lo dijiste? — le reprocho.

—Oye, lo supe solo un par de meses atrás, le di a ella la oportunidad de decírtelo, pero se negó a hacerlo, no me culpes a mi — me respondió Emmeran.

Mi enojo iba en aumento, hasta que repare en el hecho de que iba un niño con nosotros en mi auto, y no solo era un pequeño cualquiera, era presumiblemente, mi hijo.

—¿Mami estará bien? — pregunto con mortificación el pequeño, acariciando con ansiedad el rostro de su madre. No respondí. — Mi mami siempre me dijo que perdió el teléfono de papi, que por eso es que nunca pudo encontrarlo, pero hoy, escuche a una señora decir que tu eres mi papi porque nos parecemos, pero has puesto triste a mami, mami se duerme cuando se pone muy triste, dice mi abuelito que es por que esta enferma, por eso mami no debe preocuparse demasiado — soltó el pequeño y esas palabras me calaron por alguna razón.

Emmeran guardo silencio, su rostro dice que esta arrepentido de provocar esta situación, pero, ya ha pasado, no hay nada que pueda hacerse.

—No lo se pequeño Ethan, no se si soy tu papá, pero, en el hospital nos dirán si lo soy, por ahora, cuida a tu mami, ya vamos a llegar — respondí mientras miraba el gps de mi auto de lujo.

Al llegar al hospital rápidamente se llevaron a Ciara, y yo, hable con un médico para solicitar una prueba de ADN exprés, quizás, este no sea el mejor momento, pero, necesito respuestas rápido, solo de esa manera sabre que hacer.

Mientras espero en el recibidor de ese hospital, veo a un hombre entrado en años vestido de policía que entra preguntando por Ciara.

—¡Abuelito! — grita de repente el pequeño Ethan, quien de inmediato corre a los brazos de aquel hombre que inmediatamente me lanza una mirada inquisitiva. — Ven abuelito, este señor parece que es mi papi, mami se durmió cuando lo vio — dijo inocentemente sin una mala intención el pequeño, pero su abuelito, me ha mirado con enojo y desaprobación.

—Iras con Alice, ella te cuidara en lo que tu madre sale del hospital, ve con ella, te llevara a casa — dice con autoridad aquel hombre que mira a una joven cabizbaja que toma de la mano al pequeño para llevárselo.

—Espere, si ese niño es mi hijo no puede llevárselo — digo imponiéndome ante ese hombre.

—Alice, toma a Ethan y vete, yo resolveré lo que tu boca suelta ocasiono — dice con enojo el estoico hombre sin responderme.

 —Abuelito, quiero quedarme — pidió el pequeño, pero su abuelo, le dio una clara negativa y tan solo pude ver a mi supuesto hijo marcharse de la mano de aquella chica.

—Escuche jovencito, no sé qué tipo de relación tuvo en la universidad con mi hija, pero es un poco tarde para venir a reclamar derechos paternales, he sido yo quien los ha cuidado, a ella y a mi pequeño nieto, así que haga el favor de largarse ahora mismo y no vuelva — me ha dicho sin reserva el hombre en cuya placa policial puede leerse el nombre de Marshal Edevane junto a la palabra Sheriff.

Apunto de responderle, el medico al que he solicitado aquella prueba me ha llamado y me ha dicho que demoraran dos días en darme los resultados. Deseando quejarme, pues deseo respuesta inmediata, la voz de Ciara me ha sacado de ello.

—Papá, ¿Qué haces aquí? — pregunto Ciara al sheriff del pueblo, mientras me veía desconcertada, casi como si yo fuera un fantasma.

—Ciara, no debes de tener sobre saltos, no te preguntare por esto hasta que te sientas mejor, así que vuelve a tu cama ahora — dijo el hombre que, con ella, suavizo el tono.

—Basta papá, sabes que no es para tanto — dijo mientras caminaba hacia a mí. — Lamento que lo supieras de esta manera — dijo ella con voz entrecortada.

Durante un momento, un silencio invadió el pequeño espacio de la sala de espera. Mi corazón latió rápido, ¿Aquello significaba que?...

—Ethan es mi hijo…y tambien, es tu hijo…no sabía el como ibas a tomar que justo esa noche yo…bien, ahora ya lo sabes, pero, te diré esto de una vez Arlen Chadburn, Ethan es mío, es solo mío, y no pretendo compartirlo, si quieres formar parte de su vida será bajo mis reglas, ambos sabemos que esa noche fue un error, así que, seamos claros con esto, puedes esperar a tener los resultados de la prueba que has mandado a hacer, y entonces, solo entonces, hablaremos de esto como se debe — dijo Ciara con el mismo tono de mando que uso su padre, y con una mirada tan fría que era capaz de congelar el infierno.

Luego de esa pequeña charla salí del hospital, demasiado abrumado y desconcertado por no terminar de entender que era lo que había pasado. Toda mi vida quise un hijo, alguien a quien mostrarle lo que se y con quien jugar…y ahora, aparentemente tenía uno, y no sabia como reaccionar del todo.

Dos días pasaron, dos días llenos de incertidumbre en los cuales intenté hablar con Ciara, pero ella se negó a verme, dos días en que estuve pensando a todas horas en ese pequeño tan parecido a mí que con ilusión me pregunto: ¿Eres mi papi?

En aquel hospital, un sobre me fue entregado, uno que tenia la respuesta a la pregunta que me había estado consumiendo el alma entera. ¿Era padre?

Al abrirlo y leer el resultado, sentí que el mundo entero se congelo en ese instante, y toda la sangre de mis venas dejo de circular al leerlo: 99.9 % de coincidencia.

El resultado era positivo…hace casi cinco años, durante aquella noche en que conocí a la mujer de mis sueños y la hice mía…me convertí en el padre de un niño al que acabo de conocer. Toda mi sangre comenzó de nuevo a circular…y entonces, mi vida cambio por completo. Seria el padre que mi hijo deseaba…y Ciara estaría a mi lado, lo quisiera o no, estaba decidido.

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