Capítulo 3

Narra Arlen:

El sol estaba saliendo, y yo, no sabia que pensar o como sentirme. Había llegado a este pueblo buscando a una chica, y no solo la encontré a ella, si no tambien al hijo que no sabía que tenía. Todo parecía ser tan surreal que simplemente no alcanzaba a entenderlo. Bebi de nuevo de mi botella de ron añejo mientras miraba esa hoja con los resultados: estaba confirmado, soy padre.

Dejando la botella sobre el buro de mi cuarto de hotel, tome mi chaqueta para salir a buscarla, Ciara tenia demasiadas respuestas para darme, después de todo, ella me oculto durante casi cinco años que tenía un hijo y no me trago el cuento ese de que perdió la tarjeta con mi número. Subiendo a mi auto conduzco en busca de la casa Edevane, las meseras de ese restaurante en donde cambio mi vida, me la dieron a cambio de prometerles regresar. Golpeo una vez mas el volante, y eso es porque la verdad estoy furioso, Ethan tiene cuatro años, imagino que pronto cumplirá cinco o no lo sé, odio ni siquiera saber cual es su fecha de cumpleaños. Me pregunto porque ella me oculto algo tan importante, he perdido años en la vida de mi hijo…no vi sus primeros pasos, no lo escuche hablar por primera vez…me enojo mas y mas a cada minuto que pasa. Ella me va a escuchar, escuchara todo lo que tengo para decirle y le exigiré ser parte de la vida de mi hijo como debí ser siempre.

Finalmente alcanzo a ver aquel buzón con el apellido Edevane, es una casa grande, aunque se nota vieja, allí, es donde vive mi hijo, donde ha vivido toda su vida privado de una vida lujosa que yo habría podido darle sin problemas. Siento atoradas en la garganta todas las palabras que quiero decirle a Ciara, pero me las he tragado en cuanto, sin salir de mi auto, los he visto a los dos.

Alli esta ella, la misma mujer a la que busque durante demasiado tiempo desde aquella noche, colocando con completa ternura y una expresión muy dulce en su rostro, una bufanda alrededor del cuello de mi hijo, con tanta suavidad y cuidado que puedo el amor y la adoración que siente hacia nuestro hijo, y el, la abraza a ella con tanto amor que me siento como un completo extraño, un ajeno intruso en sus vidas que quizás, no tiene lugar en ellas. Aun así, no me iré, no quiero perder esto que acabo de ver con mis propios ojos…y de verdad no quiero juzgarla a ella.

—Mira mamita, llego papito —

Escucho a Ethan decirle a su madre y ella, de inmediato cambia aquel semblante dulce y sereno, por uno endurecido e incómodo. Bajo de mi auto para caminar hacia ellos y Ethan corre hacia mis brazos donde lo recibo tomándolo con cariño. Esta es la primera vez que abrazo al que ahora se que es mi hijo, y esta sensación es tan maravillosa que en verdad deseo quedarme para siempre.

—Hola Arlen, imagino que ya debes de tener los resultados, y por lo que acabo de ver, deduzco lo que ya se…vayamos al parque, imagino que hay mucho de lo que quieres hablar —

Me dice Ciara con desconfianza y poniendo claros limites entre nosotros. Yo, tan solo quiero abrazarla y darle las gracias por convertirme en padre.

—Esta bien, vayamos — le respondo.

En el parque, Ethan hace algo que una vez soñé vivir, se ha tomado de mi mano y de la de su madre para pasear con los dos juntos, puedo ver en su extensa sonrisa lo feliz que esta el y yo…sinceramente tambien me siento alegre.

—Ethan, ve a los juegos, tu padre y yo necesitamos hablar cosas de grandes, y ya lo sabes —

—Un niño no se debe de entrometer en las charlas de grandes, lo se mami —

Ethan le respondió con educación a Ciara, puedo ver que es un niño bien educado e inteligente, quizás, mucho mas de lo que yo fui a su edad. Ella, nuevamente se ve radiante cuando recibe un beso en su mejilla de parte de Ethan, puedo ver lo hermosa que es aun con su visible cansancio y señales de estrés, puedo notar sus ojeras marcadas, su piel pálida…y pienso en lo duro que debió ser para ella ser madre soltera. Ethan se ha ido a los juegos y Ciara ha vuelto a poner aquel semblante frio y molesto cuando voltea a verme.

—Y bien, ¿A que esperas? Estoy segura de que quieres gritarme y tienes derecho a hacerlo —

Ella me dice con resignación, como si hubiera anticipado ya todo lo que quería reprocharle. Caminamos hacia una banca cercana a los juegos para no perder de vista a Ethan, y ella se queda en silencio. Por un momento no se que decir.

—Porque…solo quiero saber, ¿Por qué no me lo dijiste? — le cuestiono intentando no alzar la voz.

Ella suspira profundamente y gira su vista hacia en donde esta Ethan.

—No lo sé…quizás, sabía que el error de acostarme con un extraño había sido mío, así que no quise involucrarte —

Dijo aquello como si se avergonzara demasiado de esa noche. Yo, no quiero enojarme, así que intento mantener la calma y entender sus razones. Sin embargo, no dejare que me eche de la vida de Ethan…ni de la de ella.

—Vayamos a cenar esta noche, los tres. Tienes razón, hice una prueba que me confirmo que yo soy su padre, y de verdad, quiero entender tus razones, pero, te dejare en claro una cosa Ciara, yo no me iré, no me iré de su vida, ni tampoco de la tuya — le dije y ella se ha quedado sorprendida.

Su rostro es tan hermoso, y sus labios rosas lucen tan tersos como esa noche, que no puedo evitarlo. Me acerco a ella y ella, instintivamente retrocede, me teme, lo entiendo, pero, no la dejare irse de mí, la busque durante tanto tiempo y ahora que se que me ha dado un hijo, la deseo para mi mas que nunca.

Tomo su hermoso rostro entre mis manos y la miro a los ojos, esos ojos profundos y salvajes, veo sus labios entreabiertos por la sorpresa y…la beso.

Ella esta sorprendida, pero, de manera torpe, de manera casi ingenua, me ha seguido el beso, y yo, recuerdo sus torpes besos de aquella noche en que la tuve para mí. Tomándola por la nuca, he profundizado mas ese beso y siento como la vida vuelve a mí. Busque en tantas mujeres justo esto que estoy sintiendo al besarla a ella, casi cinco años que pasaron no cambiaron esta sensación…la quiero, la quiero conmigo a ella y a Ethan.

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