Cuando llegaron a la habitación de Ximena, Michelle miró todo a su alrededor, se notaba que la posición económica de Gabriel era bastante alta, no cualquier persona podía darse el lujo de instalar en su casa un gimnasio pediátrico ortopédico con todo lo necesario para la fisioterapia que requería la niña, era como estar en una sala de hospital de alta tecnología, el paraíso para cualquier especialista.
Necesitaba deshacerse de Connie y de los niños, si quería tener una oportunidad con Gabriel, debía intentar quedarse a solas con él, porque desde que llegó notó que solían hacer todo juntos.
—Es mejor que no haya tantas personas en la habitación — dijo refiriéndose a Connie mientras colocaba una almohadilla sobre la cama de masajes.
Gabriel tomó a Lolita y a Paquito de sus cabecitas para llevárselos con él hacia la puerta.
—Vamos niños dejemos que Ximena haga sus ejercicios para que pronto pueda salir a jugar con ustedes.
—No, no Gabriel, no es necesario que tu salgas, tú eres el pa