CAPÍTULO 135: LAS DECISIONES FIRMADAS
Derek
Maddison está rara. Lo noto en la forma en que evita mirarme cuando cree que no la observo, en cómo sus respuestas se han vuelto más breves, más vagas, como si las palabras le pesaran. La veo caminar por el pent-house con los hombros vencidos, como si la culpa, el miedo o ambos le hubieran caído encima con la misma intensidad con la que el mundo parece estar desmoronándose a nuestro alrededor.
He querido pensar que es solo el estrés. La prensa, los insultos, el escándalo que no cesa, pero hay algo más, lo sé, puedo sentirlo en su cuerpo cuando se mueve con lentitud, su rostro está más pálido, sus manos tiemblan a veces cuando sostiene el vaso de agua. El otro día la encontré en el baño, vomitando, y me dijo que era el café que le había caído mal, pero ni ella misma sonaba convencida. La ansiedad puede provocar muchos síntomas, sí… pero esto va más allá. Hay algo que no me está diciendo.
Y lo peor es que no se lo reclamo porque no quiero pres