CAPÍTULO 122: REINA SIN TRONO
Derek
El ascensor se detiene en el último piso con un sonido metálico y familiar. La luz blanca de la oficina me recibe como siempre, pero hoy hay algo distinto en el aire. Lo siento antes de siquiera dar un paso: tensión, voces bajas, pasos acelerados. Algo no encaja.
Camino por el pasillo y todos los empleados bajan la mirada o desvían la vista. Una recepcionista me da una sonrisa incómoda que se deshace apenas paso junto a ella. El silencio me sigue. Llego hasta la sala de juntas y, al empujar la puerta, el golpe seco de la realidad me sacude como una bofetada.
Encuentro a mi madre sentada en la cabecera de la mesa como si ese lugar le perteneciera de toda la vida. Lleva un traje blanco, la postura impecable y una sonrisa de hielo. A su lado está uno de los abogados corporativos menores que solía reportarme directamente y frente a ella, los accionistas minoritarios. Tres de ellos.
—Buenos días, Derek —dice con un tono dulce que me eriza la piel—. Qué p