CAPÍTULO 103: UN SUSURRO EN LA OSCURIDAD
Maddison
Llamo a Derek por cuarta vez esta mañana y otra vez me responde su buzón. Su voz grabada, neutra y sin emoción es lo único que me queda por ahora. Sé que debe estar atrapado en alguna situación con Vanessa, que algo lo retuvo después de aquella noche en la cabaña, pero no puedo evitar sentir esa punzada de inquietud cuando no sé nada de él, cuando no contesta y vuelve a desaparecer sin avisar.
Me digo que no debo preocuparme, que confíe en lo que compartimos, en lo que recuperamos, pero en el fondo… tengo miedo. Porque cada vez que algo se interpone entre nosotros, siento que lo pierdo de nuevo.
Tomo mi bolso y salgo. Hoy no puedo quedarme esperando una llamada. Necesito avanzar en la búsqueda de nuestro hijo y eso significa volver a ver a Jonathan Kingsley.
El chofer me lleva en silencio hasta la oficina privada del abuelo de Derek. Él me recibe con una expresión grave, pero en cuanto entro, deja los papeles a un lado y se pone de pie