Vanessa
Cuando llego a casa, todo está a oscuras, cierro la puerta con cuidado, con la esperanza absurda de no hacer ruido, como si Derek estuviera dormido arriba y todo lo que pasó en la cena no fuera real. Todavía no puedo creer que me dejara plantada, simplemente se fue sin avisar y me dejó en ridículo.
Dejo el bolso en la mesa y me quito los tacones con un suspiro. Subo las escaleras con lentitud, deseando que la incomodidad de la noche se disipe al verlo ahí, porque si Derek se fue sin avisar puede ser por dos razones: o se aburrió de la cena con mi padre, o recuerda todo.
Al llegar al dormitorio, está vacío. Las luces siguen apagadas y la colcha está intacta. Camino hacia el baño y abro la puerta con un impulso nervioso, pero no hay nadie. Bajo corriendo a su oficina, reviso la cocina, la sala, el jardín. Nada, ni un rastro.
Tomo el celular y marco su número, pero está apagado. Vuelvo a intentarlo hasta tres veces, cuatro incluso, pero nada.
Se fue de la cena sin avisar, me dejó