50. Noche sin calma
Con Jack y Serafina ausentes, los últimos cuatro días en Saint Bartolomé habían sido de grandes retos para Regina, pues, por alguna razón que ella no entendía, los demás sirvientes la veían como el reemplazo de Serafina. Para todos era lógico que ella, en ausencia de su amiga y como persona cercana a los guardias reales, era la mujer con más rango en la casa; sin embargo, eso solo ponía más peso sobre sus hombros, ella quería hacer las cosas bien, pero no sabía cómo se hacían más de la mitad y siempre debía recurrir a las demás doncellas. Siempre sentaba bien tener a Dash y usarlo como excusa para no tener que hacer o supervisar algunas labores.
William la observaba orgulloso, pero también moría de la curiosidad por saber más de su pasado, pues para él era evidente que Regina venía de buena familia, debido a sus modales, la forma de andar, las palabras que utilizaba y cómo las decía, además, por más que ella disimulara, él sabía que se sentía incómoda con muchas labores en la casa, es