P.O.V Calem
Después de ver cómo Larissa peleaba con esos hombres, me causó mucha excitación. Ver su hermoso cuerpo moverse de esa manera me causó algo inesperado. Fue algo completamente distinto. Y ahora aquí la tengo sentada frente a mí. Veo esos lindos labios que tanto me encantan. No me contengo más y la beso.
Me acomodo arriba de ella. Siento cómo me golpea en la espalda. Sé que está molesta, pero yo no hice nada. Clara paleó todo esto para que ella se enojara conmigo.
Tomo su mano y la pongo en mi parte para que ella sienta qué es lo que estoy sintiendo en estos momentos. De repente siento cómo ella me lo aprieta con la mano algo fuerte, haciendo que me separe de ella.
—Hey, eso duele. —Hago una mueca de dolor.
—Eso te mereces por ser un mujeriego. —Me lo restriega en la cara.
—Yo no hice nada, Larissa. —Me separé de ella, pero ella no suelta mi parte.
—No te creo, pero ¿sabes? Me dan ganas de cortarte esto para que veas que conmigo no se juega. —La miro atentamente a los