Han pasado dos años desde que tuve a mis primeros bebés. Y ahora ya los veo corriendo por el jardín. A mis dos pequeñas cabecitas rojas.
Toda la familia está reunida. Veo cómo mis padres traen a sus nietos.
También me causa risa que mi niña pelee mucho con Dimitry. Ella salió igual que yo al pelear con su tío. Dante está feliz de jugar con sus nietos. Al igual que Cristal.
Y me acabo de enterar de que estoy de nuevo embarazada. Será un reto ya con tres bebés. Pero bueno, otra vez a Calem le están dando los síntomas.
—Prima, ¿estás segura de estar lista para manejar a más niños? —me dice mi prima Kira, que trae al pequeño Diego.
—Claro que sí, prima, estoy más que preparada —le confirmo.
—¿Quién imaginaría que las dos estaríamos casadas y con bebés? —Cuando de solteras no hablábamos de eso —menciona.
—Pues las cosas cambian, prima, y créeme que yo nunca cambiaría esto —declaró con felicidad.
—Ni yo lo cambiaría, son tan feliz y no me arrepiento de haber pensado en no tener a mi