Llegué a tomar un vaso de agua, y suspiré. A la distancia, el rey comenzó a bailar sobre el césped, rodeado de todas las personas. Todos, incluso mi padre contemplaban a la fugaz pareja que se había formado en tan solo un minuto.
Katherine, era mi prima. Una, que durante mucho tiempo no vi, debido a mi enfermedad, pero que definitivamente siempre llegaba a casa para refregarme que ella tenía los mejores pretendientes, mientras yo: seguía postrada en una cama.
Me sentía enojada por eso. Claro que solamente por eso. Cerré los ojos, y seguí bebiendo agua. Pero de pronto, comencé a sentirme algo mareada. Cerré los ojos y los abrí, encontrándome con María frente a mí.
—Mi señora, está bebiendo del ponche puro –señaló y abrí los ojos con sorpresa.
—Pensé que era agua –me excusé a