Despierto en un lugar extraño, todo me parece raro y desconocido, tengo horas de estar sin decir una sola palabra, mientras este hombre bastante atractivo y de buen vestir insiste en decir que es mi esposo y que la casa en donde estamos, es nuestro hogar.
Una semana después de despertar, me dieron de alta cuando se dieron cuenta de que no corría peligro. Confundida, me quedé encerrada en la habitación con las atenciones de una enfermera.
No sé por qué me cuesta tanto imaginar que todo es verdad, que tengo un guapo y exitoso esposo y que esta bonita y apacible casa es mía. Debo ser afortunada.
Me levando con ayuda de la chica y me baño, como aun tengo algunos mareos por los golpes que recibí en un accidente que no recuerdo tampoco, lo hago con cuidado.
Así que decidida a esforzarme por recuperar mi vida que veo que era perfecta, decido caminar para ver si hay algo que me ayude a recordar.
Saldo de la habitación y camino junto a mi enfermera, es una chica agradable y su rostro es co