LAYLA:
—Aaahhh.
Los gritos retumban en todo el lugar y sonrío de medio lado.
Observo cómo mi Damien perfora el vientre del lobo con una daga de metal y este chilla como bebé.
—Para traicionar hay que tener carácter… ¡Que pendejo eres Manuel!
Murmuro haciendo un puchero y observo el odio del traidor en sus ojos al escucharme.
—Al parecer tus palabras no le agrandaron amor.
Habla Damian con una sonrisa y lo miro feliz.
—¿Eso crees amor?
Le pregunto y este asiente sonriendo de medio lado.
—Por supuesto, observa como te está mirando.
Dice mientras deja relucir sus sexis colmillos.
Así que a pasos lentos y sensuales me acerco a Manuel y lo miro haciendo un puchero.
—¿Me odias Manuelito?
Le pregunto con voz risueña y sus fuertes gruñidos me dan risas.
Observo cómo está atado con grandes cadenas de plata y eso me hace sonreír más… No se transformará por mas que quiera.
—Eres una maldita zorra.
Me gruñe con los ojos rojos y yo me río emocionada.
—Pero no tu zorra, y eso es lo que más te duele