- ¡Kyria! -Esme me gritaba desde la puerta del consultorio cuando me vio acercarme. - ¿Ya habéis terminado?
-Si ¿Y vosotras?
- Está terminando Gertru de enseñarles unas hierbas a las nuevas y en cuanto termine soy libre como un pajarito.
- ¿Qué tal el día?
- Estresada. -Esme puso cara de horror y echo los ojos hacia atrás. -No saben nada, es un horror, confunden la flor de sauco con plantas venenosas. Es como si no supieran diferenciar el orégano del perejil.
Empecé a reírme.
- Bueno, creo que a mí me pasaría lo mismo.
- ¡No te rías! Mejor no te cuento la clase de primeros auxilios. Te lo digo completamente enserio amiga, si mi vida dependiera de ellas preferiría morir.
- Ya será para menos, llevan poco tiempo, todavía tienen que aprender.
-Tiempo... me agotan la paciencia y no es que sea algo que me sobre precisamente.
Esme era única, era fiel y leal, pero también era divertida, era una persona que te decía las cosas según le pasaban por la cabeza, no tenía filtros, era especial, hac