POV de Stefano
El dolor en mi costado era punzante, pero no era nada comparado con el fuego que me consumía por dentro. Cada vez que veía a Chiara, era como si me clavaran un cuchillo y lo retorcieran.
La había visto regresar de esa misión. La había olido antes de verla, traía sangre, y muerte. Ella caminaba con una frialdad que helaba la sangre. Lo peor era la expresión en sus ojos. Ya no era la Chiara que conocía. Era el arma de Kael, peligrosa, obedientemente mortífera.
Y yo aquí, reducido a esto, a un convaleciente inútil, obligado a ver cómo el norteño la dirigía como a un perro de caza. ¿Una alianza? Era una farsa. Kael se sentaba en su trono de hielo mientras ella hacía todo el trabajo sucio. Ella era ahora una extensión de la voluntad de él.
Cada noche, cuando los veía entrar juntos en esa maldita cabaña, me moría un poco. Mi imaginación, traicionera, me mostraba imágenes que me envenenaban. ¿Él tocando esa piel que alguna vez me perteneció? ¿Ella permitiéndolo, como parte del