Debo admitir que todavía me siento algo sorprendido, aun así, estoy feliz por el paso tan importante que han decidido dar Liz y Alex. Luego de tanto por lo que han pasado, es justo para ellos que al fin hoy se entreguen por completo.
Es una boda sencilla y pequeña, donde solo nos encontramos los más cercanos de Alex y los padres y hermanos de Liz, pero no deja de ser bonita.
Alex se ve rebosante de felicidad, no ha dejado de hablar y pasarse las manos por su cabello en un acto que reflejan sus nervios.
—Esa mujer sí que se hace rogar, ¿eh?
—No seas tan dramático e impaciente, hermanito —sus hermanas soltaron una risita divertida y complice—. No estarás pensando que te dejarán aquí plantado, ¿o sí?
—Por supuesto que no. Liz es inteligente y sabe lo que le conviene en la vida —bromeó.
—Oh, esperemos que sí sea inteligente y escape antes de cometer el suicidio de su vida.
Ante las bromas de sus hermanitas no pude evitar reír, pero palmeé su espalda y pareció haberse liberado luego de sol