Ava es una chica con una vida complicada, con un único objetivo en la vida, darle todo lo que ella no tuvo a sus hermanos y evitar el sufrimiento que le han infrigido a ella. Su confianza en las personas no existe y cuando conoce a un hombre que es la personificación de todo a lo que le huye, deberá luchar contra su propio corazón, ya que enamorarse de él significa perder su único objetivo en la vida. Matteo es un hombre de negocios que ama que todas las mujeres se rindan a sus pies y cuando conoce a la única chica que parece no importarle nada de él, enamorarse de su inocencia, traumas y alegrías parece inevitable, por mucho que trate de evitarlo. Una historia llena de romance, odio, dolor, conflictos y mucho más, porque estar cautivada por tu jefe no es cualquier historia. Está historia puede tocar temas como la violencia, así que no me hago responsable de las lágrimas que pueda causar.
Ler maisEl sonido retumbante de gritos de miedo, de furia y de dolor llena el pasillo nunca silencio. Los pocos vecinos que caminan, llegando o yéndose, nos miran con lástima, pero nadie dice nada, porque todos en este edificio tienen problemas, y los nuestros, son solo importantes para nosotros.
Aprieto a mi hermanita de 4 meses contra mí pecho y miro a mis otros hermanos, todos agarrados de mi camisa fuertemente. Tal vez no sea capaz de escuchar sus corazones, pero prácticamente puedo sentir como laten con fuerza por el miedo a lo que esos gritos en nuestro departamento significan. Demasiados problemas. Trago saliva y respiro profundo, pensando en que debo hacer para cuidar a mis hermanos. -Tal vez deberíamos ir al parque otro rato.- hablo y miro a Kyle, mi hermanito de 9 años. El mira a Jessy, quiero pone sus grandes ojos verdes en los míos, se muestran tan asustados que lo único que quiero es entrar al departamento y pedir que por favor, se detengan, lamentablemente sé que eso nunca va a funcionar, porque una vez lo intenté y dure dos días sin ser capaz de moverme de la cama, llorando porque Kyle se estaba arriesgando demasiado al cuidar a nuestras otras dos hermanas. Jessy de 6 años y Anna, de tan solo 2 meses en ese tiempo. -Pero tengo hambre y Anna también, por eso vinimos.- respiro profundo nuevamente y miro la puerta durante lo que creo fueron varios minutos, no lo sé. Estaba tratando de armar una especie de valor dentro de mí, para hacer lo que mis hermanos necesitaban. Sin embargo, yo también soy una niña. -Ok, vamos a hacer algo. Ustedes se van a quedar con Anna aquí. No van entrar hasta que yo les diga que lo haga, ¿Está bien? - busco los ojos de Kyle, los cuales se ponen aguados de inmediato. -Pero, Ava... Ellos.- los mando a callar. -Voy a estar bien. Solo están borrachos.- trato de calmarlos. Obviamente no funciona. -Asi son más peligrosos.- susurra Jessy y yo le entrego la niña a Kyle, que me súplica con sus ojos. -Todo va a estar bien, ya van a ver. Solo quédense aquí.- les toco el hombro a todos y los dejo en una esquina donde no pueden ver ni la puerta del apartamento, más que todo por su propia seguridad. Si alguien sale, alguien peligroso, ellos no serán vistos. Les vuelvo a decir que todo va a estar bien y camino hacia la puerta de nuestra casa, donde se escucha como algo de vidrio es estampado contra el suelo. Mi corazón comienza a latir con todavía más fuerza y aprieto mis manos en puños antes de armarme de valor para girar la perilla y darle frente a la escena que se lleva a cabo en el pequeño apartamento de dos habitaciones, un baño, una sala mínima y una cocina todavía más pequeña. Y la escena, hacia ver todo más pequeño, porque solo podía captar más y más desastre. Los sillones sucios que habían, estaban volteados, había vidrio y cosas rotas por todo lados, incluso gotas de sangre manchando las cortinas y el suelo. Las pocas flores que había, estaban todas sueltas, ensuciando el lugar por completo y dándole a todo una vista de película de terror. Lamentablemente, eso no era lo peor, sino la pelea que se estaba llevando a cabo, dónde el padre de Anna, le estaba dando patadas a mi madre, quien estaba tirada en el suelo, gritando de dolor mientras su amante la mirada con un odio demoníaco. Otras veces, tal vez, me hubiese puesto a llorar por todo el daño que le estaban haciendo. Hoy, ya estaba acostumbrada a todo esto, porque mi madre, era la peor persona para escoger pareja. Es comos i ella amara que la maltraten, porque solo se busca hombres que la ven como un saco de boxeo. Mi madre escupe una bola de sangre y eso es lo que me hace reaccionar, porque no importa nada más, solo que ella, sigue siendo la mujer que me dió la vida. Corro hacia Javier, y en el camino, agarro una pequeña escultura de metal, la cual le lanzo directo a la cabeza. Él se gira hacia mí y la escultura le da justo en el ojo, haciéndolo gritar. Anteriormente hubiese cometido el error de correr a ayudar a mi madre, pero está vez hago otra cosa, lanzo mi pequeña pierna hacia el pecho de Javier y como está concentrado en su ojo, no está preparado para soportar mi patada y cae al suelo. El miedo me quiere paralizar, pero lo único que hago es tratar de levantar a mi madre, que lo única que hace es escupir sangre. -Vamos, mami. Vámonos.- le suplico con lágrimas en los ojos mientras no pierdo de vista a Javier, que ya se está levantando con maldiciones y amenazas saliendo de su boca. Si no nos marchamos lo antes posible, esto va a empeorar.- Mamá, por favor. Tenemos que salir. -Esta es mi casa.- susurra adolorida, pero trata de levantarse. -Mama, nos va a matar.- le suplico y un alarido de miedo se me sale cuando Javier se levanta y enfoca su vista ensangrentada en mi. -Pequeña perra.- gruñe y se lanza hacia mí. Mi mamá trata de interponerse, Pero solo hace salta un empujón para tenerla de nuevo en el suelo, dejándome a mí en el camino de un Javier lleno de ira. Yo miro hacia un lado y trato de agarrar un pedazo de maceta que quedó encima de la mesa. La tomo en mis manos, Pero un jalón fuerte de cabello me lleva hacia atrás, tirandome fuerte al suelo, haciendo que mis manos, mis brazos y parte de mi espalda sean víctimas de vidrios que se meten directo a la piel. Un grito de dolor sale de mí, el cual es remplazado de inmediato por gritos de ira cuando Javier se lanza hacia mí y yo le lanzo el pedazo de maceta afilado, la cual se entierra en su mejilla. El grita de dolor y yo me arrastró hacia atrás. Lamentablemente no soy lo suficientemente rápida, porque una simple patada que me lanza, me deja fuera de combate. Soy consciente, Pero no tengo la fuerza para luchar contra los golpes que recibo después de eso, solo me coloco en posición fetal y recibo las patadas mientras la sangre de las heridas que le provoqué, caen sobre mi. Mi boca se llena de sangre de inmediato, mi cuerpo comienza arder y lo único que puedo pensar, es que si salgo de esta, jamás voy a permitir que mis hermanos pasen por esto. Jamás. En algún punto, todo se detiene y estoy lo suficientemente consciente, para ver un cuerpo grande caer al suelo en un solo estruendo. Después de eso, nada.DanteLos ojos de Ava muestran la lucha que está teniendo consigo misma. No sabe que decir y eso me causa gracia. Ella realmente es una mujer que ama su trabajo y lo entiendo perfectamente, porque está en una situación delicada, sin embargo, lo que digo es cierto, yo no voy a permitir que la despidan por algo tan ridículo como es involucrarnos, porque eso no es problema de nadie. - Yo... Creo que lo mejor es que dejemos esto aquí, por el bien de todos.- suspiro y sonrio lentamente, acercándome otro paso, sonriendo con más confianza cuando llevo mi mano a su cadera. Ella no se aleja, porque su cuerpo, aunque se niegue, sabe perfectamente que reacciona a mí.- Ava, ¿Me estás rechazando? - pregunto y ella se sonroja inmediatamente.-No te estoy rechazando... Bueno, en realidad si lo estoy rechazando, porque soy su asistente y usted es mi jefe, por ende, es completamente indebido está situación. Usted debería estar en su casa, no aquí y no puede besarme cada que vez que guste... Más bien
Ava Dante decidió quedarse, arruinando por completo mis planes de ir a visitar a mi madre al hospital y también, provocando que mis nervios se mantuvieran conmigo en todo momento, mientras esperaba que Kyle llegara con Anna, ya que hoy le tocaba buscarla en vez de a Jessie, por eso ella había llegado más temprano. Yo no sabía muy bien que hacer, ni cómo proceder con mis hermanos en presencia de mi jefe, que aunque había tratado de correrlo, él simplemente se negó y ahora estaba sentado en el sofá, viendo una serie de televisión, con mi hermana mirándolo acusatoria mente desde el sillón. - Entonces, ¿Cuáles son tus intenciones con mi hermana? - le llamo la atención y ella solo me ignora, yo suspiro con el rostro rojo y sigo haciendo la pasta a la boloñesa, no porque Dante sea italiano, sino que da la casualidad que esa es la pasta favorita de mis hermanos. - ¿Quieres que te responda con la verdad? -Claramente, si no, no te estuviera preguntando.- suspiro. -Jessie.- la reprendo y
Ava Llegar a Londres era simplemente un respiro. Lo primero que hice al bajarme de ese avión fue correr por todo el aeropuerto directo a los taxis. Sé que Dante me llamó y se ofreció a llevarme, pero no quería que viera donde vivía, así que me fui ignorando su llamado. Además, se supone que al llegar aquí iba a tomar distancia y eso es lo que estoy haciendo. Apenas llego al apartamento, subo corriendo, lo más rápido que puedo con la maleta y el bolso encima. Mis hermanos deben estar en clases todavía, así que entro al apartamento y respiro profundo cuando veo el desastre que han dejado. Hay gotas de sangre por todos lados y en algunos lados parece como si alguien trató de limpiar con un trapeador y solo empeoró todo. Suspiro y me quito todo para después empezar a limpiar, botar lo que no sirva y recuperar lo que tiene un poco de salvación. Tal vez debería ir comprando los muebles nuevos antes de mudarnos, porque no quiero llevarme nada de esto. - Me alegro que hayas vuelto.- me
ExtraMarco Todo en mi familia estaba mal, absolutamente todo. Por ser el menor siempre supe que todos me ocultaban las cosas, y no importaba que tanto luchara, siempre era el último en enterarme y muchas veces lo agradecía, porque de la empresa, lo único que yo quería era expresar mi trabajo.La arquitecta era mi sueño desde pequeño, desde que mi abuelo me llevaba a todos sus proyectos. Era algo que yo tenía en común con él y eso me llenana de orgullo, porque aunque Dante era el mayor, el heredero de todo, yo era el heredero de las habilidades del abuelo. Él me enseñó todo lo que sabía y me dejó todas sus herramientas de trabajo, las cuales atesoraba como no tienen idea. Eran viejas y eran las más cuidadas. Y aunque amaba la arquitectura, el arte, la libertad de expresión era algo que siempre había llamado mi atención, por eso mismo, usé un nombre anónimo para exponer mi arte en una galería de la ciudad. Lo que jamás me imaginé, es que una de mis visitas a esa galería como incógnit
Margaret Sonrío mientras escucho hablar a mi madre sobre una boda que aunque estoy deseosa de experimentar, se que eso jamás va a ocurrir porque Dante simplemente... No cree en eso. Sé que podemos vivir juntos, y criar nuestro hijo como dos amantes que harán lo mejor pueden para que ese niño crezca como debe ser.No estoy apurada para que eso pase, porque de igual forma va a ocurrir, no importa si Dante se resiste o no. Nuestros destinos fueron creados para juntarnos, por ende, solo estoy esperando a que eso ocurra, eso sí. Tengo que seguir limpiando el camino, porque en la vida de Dante crece mucho monte o aparecer plastas de mierda que hay que echar a la basura. La nueva se llama Ava Torres, la cual es la más grande en el sentido más absurdo de la palabra, ya que en poco tiempo, pude notar como Dante se comportaba a su alrededor. Cuando llegue a ese hotel, y vi como él llegó junto a ella, solo con sus ojos en ella, son notar más nada a su alrededor, me di cuenta que era un peligr
Hannah Por mucho que las personas me llamaran loca, yo sabía a la perfección que tenían razón. Yo era lo suficiente estable para admitir que no me encontraba bien de la cabeza. Mis pensamientos eran tan intrusivos que muchas veces las ganas de salir y acabar con todos eran difíciles de evitar, pero estaba tan consciente de todo que sabía hacer eso estaba mal. Mi hermana, a ella más que nadie quería hacerle daño. Siempre que la observaba, no podía evitar pensar en todo lo que ella ha conseguido pisteandome. Tenía todo más fácil y de igual forma, me gustaba verme sufrir porque era una perra desgraciada que se sentir con más derecho que yo porque su madre si está casada con mi padre y yo solo fue una consecuencia de una aventura con una mujer cualquiera que me abandonó apenas le ofrecieron un poco de dinero, dejándome en este lugar de miseria dónde constantemente me restregaban en la cara que yo no me merecía las cosas y que por eso me tenía que esforzar mucho más. Perder el negocio
Último capítulo