Capítulo 146. La Sirena es capturada
Tres días después el sol comenzaba a caer cuando Victoria salió de la casa de Fabricio. Llevaba el cabello recogido, los ojos ocultos tras unas gafas oscuras, y ese paso firme que aprendió siendo la Sirena.
—Victoria, pero habla con él, una conversación no te quitará nada —trató Fabricio por la paz.
Michael la esperaba junto al auto. Hoy no entró ni aparentó que hacía una visita social. No tenía intención de fingir que no la estaba esperando.
—Victoria —le llamó.
Ella no se detuvo, estaba rezongando acerca de la testosterona a raudales.
—Victoria, por favor —insistió Michael.
—No, Michael. No hoy.
— ¿Cuándo entonces? ¿Cuándo vas a dejar de huir?
Victoria abrió la puerta del auto sin mirarlo.
—No estoy huyendo, pero tampoco me esconderé. Debes entender que no quiero hablar contigo.
Michael dio un paso. Luego otro, se notaba que no quería ejercer la fuerza, quería que Victoria fuera por voluntad a hablar con él.
—Solo dame una conversación.
Ella lo