Nunca había sentido rencor hacia alguien, ni siquiera entendía lo que significaba la palabra “venganza”, hasta que… tocaron lo más sagrado para mí, mi familia, y justo en ese momento dañaron mi mundo. Desde entonces, sentí una gran sed de venganza, que por más que mi familia, especialistas y mis amigos intentaron apagar, al contrario, crecía cada día más. Mudarme a otro país por supuesto que no fue la solución. No podía conseguir olvidar lo sucedido. Los recuerdos me torturaban cada noche, al acostarme lo que más deseaba era que la noche acabara. Me había prometido a mí misma descubrir la verdad, y había jurado que me vengaría. Pero ¿Hasta dónde estaba dispuesta a llegar? ¿Podría volverme completamente fría y sin sentimientos, para involucrarme en ese mundo, casarme y así darle comienzo a mi plan de venganza? ¿Estaba segura que podría soportar lo que encontrara en mi búsqueda de la verdad? ¿Podía jugar con mis sentimientos y engañarlos? Esta es mi historia, la historia de todo lo que tuve que hacer, para poder saciar mi sed de venganza.
Ler mais—Paula ¿Me estás escuchando? —dijo María molesta por no recibir mi atención.
Me encontraba realmente muy distraída. Solo podía pensar en mi padre, ¿Estará bien? ¿Por qué se fue sin decir nada? ¿Cuándo volvería? ¿Por qué no atendía mis llamadas, ni respondía los mensajes? ¿A dónde fue?, eso era lo que tenía toda mi atención, para mí no existía nada más que no sea encontrar lógica al repentino viaje de mi papá sobre todo por las circunstancias; pero, esto al parecer era muy complicado para que mi supuesta “amiga” lo pudiera entender.
—No te preocupes, solo deben ser cosas de su trabajo —volvió a hablar María para tratar de restarle importancia a mi preocupación.
—¿Siquiera te estás escuchando? —dije ya un poco alterada ante su tranquilidad —Es MI PAPÁ, no he sabido nada de él en aproximadamente 30 horas ¿y eso te parece normal? Mi papá nunca se ha ido sin decir nada en todo un día y una noche. Antes de irse “a su viaje” se notaba nervioso pero nos hizo creer que solo era estres. Entonces, mientras yo estoy preocupada sin saber qué hacer ¿Tú solo puedes decirme: “No te preocupes son cosas de su trabajo”? —dije totalmente irritada imitando su tono — Pero claro ¿Qué puedes saber tú de eso? no tienes padre y ni siquiera muestras un mínimo de empatía —dije con pequeñas lágrimas amenazando con salir de mis ojos.
María se quedó callada, parecía afectada por cada una de mis palabras punzantes. En un momento como este, no sé qué hacer y ella no me está ayudando, probablemente voy a arrepentirme de todo lo que le dije pero por ahora no me importa nada que no sea encontrar a mi pa…
—Es… es mi papá —dije en un tono casi inaudible —¡PAPÁ! —Grité mientras corría a su encuentro —¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado? —dije abrazándolo.
—Hi..ja… —jadeó mi padre, tratando de contener el dolor que le causó mi abrazo.
—¿Qué te ha pasado? —repetí con los ojos llenos de lágrimas al verlo en ese estado.
Su camisa se había manchado de sangre y algunos botones habían sido arrancados dejando su pecho al descubierto, su cara estaba casi irreconocible, su cuerpo muy mal herido, indicando haber sido casi molido a golpes.
—¿Estás bien? —Preguntó preocupado al ver que andaba sola, al parecer María se había marchado —no debes quedarte sola en ningún momento —dijo mirando hacia todos lados —vamos a casa de tu tío, seguro que alguna de su ropa puede servirme y podré darme una ducha para que tu madre y tu hermana no me vean de esta man...
—Solo dime algo —lo interrumpí preocupada y soltando un gran suspiro —¿Fue él? —pregunté atemorizada de escuchar la respuesta, deseaba que esa respuesta fuera negativa pero había muchas posibilidades de que fuera cierta.
—Cariño no te preocupes, solo han sido unos delincuentes que querían dinero, vamos a estar bien, solo hay que irnos de este lugar lo antes posible, no podemos seguir cerca de ellos —dijo tomando entre sus manos mi rostro para tratar de tranquilizarme.
—¿Cerca de quienes? ¿Por los delincuentes? —pregunté confundida.
—Sí, no lograron sacarme nada y eso los molestó —mi padre se mira dudoso —entonces han amenazado con venir a casa y hacernos daño —dijo preocupado —y obviamente no voy a permitir que les hagan daño a ninguna de mis princesas ni a mi reina.
Traté de no incomodarlo aún más y comprendí que lo mejor era irnos a casa, tal vez después de un descanso estará dispuesto a hablar de lo que realmente sucedió. En alguna parte del camino mi padre se quitó los zapatos para así tratar de “disminuir” un poco el dolor, pero no le sirvió de mucho porque podía seguir viendo en su cara pequeñas muecas de dolor al caminar.
Él me miraba en silencio una que otra vez, seguramente pensando qué hacer para cuidarnos, mi padre siempre ha sido nuestro príncipe, nuestro superhéroe, el que siempre nos defiende y protege.
Yo soy su primogénita, la niña que lo hizo papá por primera vez, sin embargo, sé que él no tiene favoritismo con ninguna de las dos (mi hermana y yo) siempre nos ha demostrado su amor por igual, aunque en este caso se trate de mi.
…
—Amor, has vuelto —dijo mi madre al escuchar el sonido de la puerta de su habitación, al mirarle soltó un jadeo de sorpresa, se acercó a él revisando lo que pudo de sus heridas visibles —Pero… ¿Qué te ha pasado? —dijo preocupada al verlo más de cerca.
—Solo han sido unos delincuentes que querían dinero —dijo mi padre tratando de sonar tranquilo, porque sabía que yo seguía detrás de la puerta escuchando, y realmente había otras cosas de qué preocuparse, podía sentirlo aunque no me lo dijera.
Estoy consciente que soy una chica muy inteligente y es muy difícil poder ocultarme la verdad, y mi madre no se queda atrás, por lo que estoy segura que percibió que se trataba de algo importante que mi hermana y yo no teníamos que saber.
—Bueno, seguramente tienes hambre, te traeré la comida a la cama, tu solamente ponte cómodo —dijo ella con ese tono que sé que utiliza para seguirle la corriente a mi padre en este tipo de casos.
Salí corriendo para que no me descubrieran, aunque sé que ya ellos sabían que estaba allí escuchando y por eso no dijeron nada. Mi madre siguió su rumbo a la cocina donde calentó una sopa de verduras que había preparado y se la llevó a mi padre, mientras yo seguí observando y escuchando de lejos.
—Tenemos que irnos lo antes posible de aquí, ya hablé con mi hermano y está dispuesto a recibirnos… —dijo mi papá pensativo.
—No estoy comprendiendo Juan, y créeme que lo estoy intentando —lo interrumpió mi madre preocupada.
—No tienes que entenderlo Eva, solo comienza hacer las maletas y haz que nuestras hijas crean que es un viaje de vacaciones —dijo un tanto preocupado.
—Bien —dijo ella acercándose —lo haré, te apoyé, te apoyo y te seguiré apoyando, siempre estaré contigo —le dio un abrazo.
—Gracias mi amor, tenemos que proteger a las niñas, especialmente a Paula, ese hombre está loco y quiere casarla con su hijo —dijo agarrando su rostro con ambas manos para que pudieran verse a los ojos —ya tengo la mía lista —dijo señalando su maleta.
Sí, ya no me cabe duda que los golpes que había recibido mi padre fueron ocasionados por el mismo hombre que, en aquella cena familiar se comportó como un padre ejemplar y una persona amable, ese mismo hombre era tan malvado como su propio hijo lo había descrito alguna vez. Le ha hecho daño a mi padre solamente por haber terminado nuestra relación y ahora por eso debemos huir. Esto ha sido mi culpa, nunca debí haber avanzado con Diego cuando me enteré que su papá era el mafioso más popular en la zona, él me dio una oportunidad para no involucrarme en ese mundo, pero yo de ingenua creí que podría con eso y seguí adelante…
—Basta —dije entrando a la habitación de mis padres —me casaré con él —dije firme.
—Hija tú no tienes que hacer es…
—Detente papá —dije interrumpiéndolo —soy mayor de edad y no dejaré que te sigan lastimando ni mucho menos a mi familia, aceptaré su absurdo convenio de casarme con su hijo —dije suspirando —no tienen que preocuparse por mí, voy a estar bien, Diego es mi exnovio y aunque nuestros planes juntos hace tiempo terminaron, estaré bien
—No lo entiendes Paula, no puedo dejar que hagas semejante cosa —dijo mi padre en un suspiro —no quiero ni puedo vender a mi hija para poder vivir en paz y sin “problemas” —me abrazó fuertemente y me dió un beso en la cabeza —Esta misma noche salimos al aeropuerto y nos iremos, buscaremos la manera para que arresten a ese demonio de una vez por todas y se pudra en la cárcel —sonreí y correspondí a su abrazo.
—¿Por qué te vestiste de esa manera? —dijo Diego susurrando en mi oído —estoy intentando contenerme desde que te vi bajar las escaleras de tu casa, te juro que me estas volviendo loco —La noche apenas está comenzando —dije con una sonrisa pícara en mis labios —ven, bailemosAgarré su mano, lo guié hasta la pista de baile que los mismos invitados habían improvisado en medio de la enorme casa de Nataly que, ahora que la observo mejor, sí que es enorme esta casa. Comenzamos a bailar, mis caderas se movían al compás del ritmo, Diego intentaba mantener una prudente distancia entre nosotros. —Necesito salir un momento —dijo Diego alejándose de mí Vi como se dirigía al área de la piscina, solté un fuerte suspiro apenas lo vi desaparecer, esta sería una larga noche… Por mi parte necesito unos cuantos litros de alcohol corriendo por mis venas, por lo que me fui directo a la cocina ya que todo tipo de alcohol y comida se encontraban allí. Me sorprendí al encontrarme muchas personas, no creí
—Yo también te traje flores —dije extendiendo mi mano hacia él Agarró con una mano las flores y con su otra mano limpió las lágrimas que sin darme cuenta se habían resbalado por mis mejillas, lo había extrañado mucho y no quería admitirlo pero mis lágrimas me delataron. —Cuando me extrañes sólo dímelo y te juro que dejo todo por ti —dijo juntando su frente con la mía —No sé si esto realmente esté bien —dije suspirando —no quiero ponerte en riesgo y menos arruinar el plan —dije mirándolo a los ojos por unos segundos Me acerqué y suspiré su aroma, ese perfume que tanto me encanta como se mezcla con su pH dándole un toque totalmente personal, lo agarré de la mano y lo guíe hasta mi auto. —¿Vamos a cenar? —pregunté una vez que estuvimos dentro del auto —Por supuesto —dijo Gabriel sonriendo —todo lo que quiera mi hermosa princesa amargada Sonreí y arranqué el auto, por un momento había olvidado absolutamente todo este desastre con Diego y su papá hasta que vi una camioneta muy
—Nico… Nicolle por favor espera —gritó Diego sin aliento, me detuve. —¿Qué sucede? —le pregunté sonriendo —¿Ignorarme una semana no te pareció ya suficiente? —intentaba recuperar el aire por haber corrido para alcanzarme —no te busqué porque quise respetar tu espacio pero ya no soporto más tiempo lejos de ti —dijo mirándome fijamente —Y no crees que quien deba decidir si fue o no suficiente deba ser yo? —pregunté mirándolo con el ceño fruncido—Entendí que debía darte tu espacio pero ya no lo puedo soportar más —dijo bajando la mirada —Lo sé, es sólo que he intentado buscarte y me ha costado muchísimo, sales antes de que acaben las clases, no te encuentro en tu casa y supongo que es porque llegas tard…—Espera ¿me has estado espiando acaso? -—pregunté mirándolo fijamente —Los últimos días he tratado de encontrarte ya te lo mencioné antes —se notaba la desesperación en su rostro —Me parece que tú tienes otras cosas en qué ocuparte realmente ¿no crees? —dije señalando disimuladam
—Por algún tiempo extrañé mucho a mi… Paula, ese es el nombre de mi exnovia , no podía pedirle otra oportunidad porque mutuamente habíamos estado de acuerdo en terminar nuestra relación por nuestro bienestar aunque lo hice más por ella que por mi, le hice creer que yo estaba cambiando y que estaba conociendo nuevas personas pero en realidad no fue así, sabía que ya ella se sentía incómoda con nuestro alrededor y tenía que hacer que pudiese alejarse para que pudiese estar tranquila, sin embargo, con el pasar del tiempo solo pensaba en ella y en lo mucho que la extrañaba, me refugie en el alcohol, bebía hasta perder el conocimiento y aún así no podía olvidarla —soltó un pequeño suspiro —una noche estaba ya muy ebrio y apareció María, yo sólo veía a Paula y ella venía hacía mí y me besó, le seguí el beso pero algo se sentía mal, esos no eran sus labios, ese no era su aroma, y la alejé con tanta fuerza que casi cae al suelo —me miró para asegurarse de que podía continuar así que asentí pa
—Salud por eso —estábamos brindando por nuestra primera prueba aprobada en la universidad.No estudiamos lo mismo y ya él llevaba un año adelantado, pero aún así estaba al pendiente de mí y hemos estado saliendo cuando tenemos tiempo libre. —Pero miren quienes están aquí —dijo una voz muy familiar —si son la nueva parejita —María traía una silla y se unió a nuestra mesa —¿Qué haces aquí? pensé que te había quedado todo claro —dijo Diego apretando su mandíbula tratando de no perder el control.—Quería… —dijo mirándome —pedirte una disculpa por… ya sabes… lo que dije ese día en tu casa —no había ni una pizca de arrepentimiento en su mirada —No tienes que pedir disculpas cuando en realidad no lo sientes —dije mirándola fijamente —conmigo no tienes que fingir ni porque esté él aquí —dije mirando a Diego —seamos sinceras, no te arrepientes de nada pero aún así no te preocupes, no pasa nada —le sonreí tranquilamente —Tienes razón, mi intención principalmente fue presionarlo a él pero se
—Eres realmente hermosa —dijo Diego acercándose a mí —Lo sé, gracias —dije entre una pequeña risa —Quisiera… saber si tengo alguna oportunidad contigo —sus ojos me miraban intensamente —¿Crees que… porque me hayas dicho que sentías algo fuertemente por mí… yo iba a entregarme a ti tan rápido? —dije terminando de romper el espacio entre nosotros. Esto me esta gustando, puedo manejarlo, lo tengo en mis manos, aunque él no tenga que ver con lo que hace su padre, de igual forma lo haré pagar todas y cada una de las cosas que me hicieron pasar a mí y a mi familia. Por fin algo dentro de mí se comienza a sentir bien. —Para nada, eres el tipo de mujer con la que cualquier hombre quisiera casarse, pero te juro, que estoy tratando de alejarme, de no pensarte y no puedo, fracaso en el intento y siempre estoy pegándome a ti —dijo pasando su brazo por mi cadera pegando nuestros cuerpos. Una extraña sensación recorrió mi cuerpo, mi mente casi me traiciona al intentar recordar la pr
Último capítulo