POV VITTORIA ROMANOVA
Su boca seguía devorándome con furia, con una intensidad que me dejaba sin aliento, como si quisiera consumirme y destruirme al mismo tiempo.
Y no entendía. Yo no entendía nada.
Si me despreciaba tanto, ¿por qué me besaba así? Si no me deseaba, ¿por qué su cuerpo se pegaba al mío con tanta fuerza, con tanta necesidad contenida?
El peso de su cuerpo sobre el mío era abrumador. El calor de su piel, la presión de sus manos, la agresividad con la que me reclamaba sin decir una palabra... todo era demasiado.
Quise apartarlo. Mis manos temblorosas empujaron su pecho, buscando algo de espacio, algo de aire, pero su agarre se hizo más fuerte. Su lengua invadió mi boca con una exigencia brutal, arrancándome un gemido sofocado.
Y entonces, el pánico me atrapó.
El pecho me dolió. El aire dejó de fluir con normalidad. Intenté inhalar, pero solo logré un jadeo débil.
Mi visión comenzó a oscurecerse en los bordes.
—No puedo... no... puedo... respirar... —balbuceé con dificulta