Una vez salgo el aire frio de la mañana golpea mi rostro.
Camino de prisa por la acera, cuando estoy llegando a mi tienda visualizo el auto de Conte y este recostado en el hablando por su móvil. Me ve y comienza su charla e nuevo, así que camino hasta el
—Si. Aquí esta—escucha y hace una mueca mientras aleja un poco su móvil de su oído— ¡Joder Massimo! no me grites que te oigo perfectamente— escucha— sí, la llevo para allá—Dice antes de colgar
— ¿Qué haces aquí? —digo sabiendo la respuesta
—Massimo me llamo y me pidió —que me acercara a la tienda para
—Vigilarme— lo corto Arqueando mi ceja
—Para verificar que estuvieras bien— me da una mirada de censura que ignoro—Temía que hubieses ido a serle frente al idiota ese y escucharas sus mentiras—niega— No estaba equivocado
—Entiéndeme Conte—digo—Massimo no quiere decirme que sucedió y tenía que saber de qué acusa ese hombre a mi esposo
—¿Aclaro tus dudas? —pregunta de mal humor cruzando sus bazos y mirándome detenidamente
No respondo y sie