Estoy demasiado asustada. Leonel me hizo el favor de levantar la denuncia y acompañar a Paula a declarar mientras yo me encuentro en la sala de espera de la clínica esperando a que curen la herida de Adrián.
No puedo dejar de pensar en lo cerca que estuvimos del peligro, y en lo que podría haber pasado si Adrián y Leonel no hubieran llegado a tiempo.
Me alivie cuando Doctor me informo que la herida de Adrián ha sido tratada. La bala no afectó ningún órgano vital y han suturado la herida. Necesitará descanso y seguir algunas recomendaciones, pero estará bien.
Me levanto rápidamente y sigo al médico por un pasillo hasta llegar a la habitación donde está Adrián. Cuando entro, lo veo acostado en la cama, con una venda alrededor del brazo y una expresión cansada pero aliviada en su rostro. Sus ojos se encuentran con los míos y una pequeña sonrisa aparece en sus labios.
—Hey, preciosa. Estoy bien, ¿ves? —dice Adrián, tratando de sonar despreocupado.— No morí.
—No hagas bromas, A