Felipe respondió respetuoso y dijo preocupado.—Señor, hace viento y frío fuera, vuelva dentro. Usted no ha comido nada desde que se levantó esta mañana.
Zachary permaneció inmóvil y preguntó a Felipe.—Si me desmayo por el hambre, ¿Serenity volverá?
—…—Felipe no sabía qué decir.
Zachary sonrió burlándose a sí mismo.—Solo pregunto, y no bromearé sobre mi salud. Aún tengo que tener hijos y nietos con Seren, y vamos a vivir juntos felizmente hasta el final. Si mi cuerpo se daña por el hambre, saldré perdiendo por no poder vivir hasta aquel día.
—La señorita Serenity nunca trata mal a su propia boca y estómago, creo que esta actitud suya es muy buena.—se apresuró a decir Felipe.
Se preocupó mucho de que Zachary se desamayara de hambre deliberadamente, en caso de que el corazón de la señorita Serenity estuviera duro y no regresara, ¿Zachary se moriría así?
—Serenity...ella me ama no tan profundamente como yo la amo.
Por eso, su corazón era más duro.
—Jim.
Zachary llamó en voz grave.
Jim acud