Mientras tanto, en Ciudad Río.
El hospital.
Chloe acababa de terminar de comer y estaba pensando en dar un paseo fuera de la sala. En ese momento, se encontró con su papá y sus hermanos en la puerta.
Enrique y sus tres hijos estaban a punto de entrar.
Ricardo llevaba unas fiambreras.
Osguardo y Casamardo llevaban juntos una gran cesta de fruta.
Enrique sostenía un ramo de flores.
Al ver a Chloe, se detuvieron, como si no la reconocieran.
—Papá, ¿por qué estáis todos aquí otra vez?
Preguntó Chloe, con tono frío y distante.
Luego se hizo a un lado para dejarlos entrar.
Gonzalo estaba en el baño limpiando las fiambreras y la vajilla.
Todas las comidas que Chloe tomaba las preparaba personalmente Gonzalo.
Se negaba a comer cualquier comida que le trajera otra persona.
Ni siquiera se atrevía a comer comidas entregadas por restaurantes, por miedo a que su madre volviera a envenenarla.
Durante su estancia en el hospital, los doctores insistían en que no podían identificar la droga, pero Chloe