Al oír las palabras de Zachary, todas suspiraron aliviadas.
Pensaron que Zachary se arrepentiría.
Por suerte no fue así.
Liberty se apresuró a decir.—Zachary, no te preocupes, vigilaré a Seren estos días y no dejaré que conduzca el coche ni que beba.
—Si realmente quiere beber, dejaré que se tome dos latas de cervezas en casa y no la dejaré volver al pub.—añadió después.
—Liberty, gracias.
—Seren, quédate en casa de tu hermana unos días, cuando quieras volver a casa, avísame y vendré a recogerte. Si no quieres quedarte conmigo, puedes volver a quedarte en la casa de Brynfield y yo viviré aquí.—agregó Zachary a Serenity.
Serenity lo miró un buen rato y dijo.—Cuídate.
Y subió al coche.
—Zachary, cuídate, cuidaré bien de Seren, y te aseguro de que esté blanca y gorda cuando la recojas.
Serenity se quedaba sin palabras.
¿Su hermana estaba intentando criarla como a un cerdo?
Tras advertir a su cuñado, Liberty subió al coche y agitó la mano a Zachary mientras se abrochaba el cinturón de segu