Hank Brown acababa de levantar a su madre cuando las piernas de su hermana volvieron a flaquear, y volvió a tirar de su hermana, con dolor de cabeza.
Ya les había dicho que dejaran de hincharle las pelotas a Liberty Hunt, pero su familia parecía tener orejas de adorno, siempre queriendo armar bronca con Liberty Hunt, ¡chihuahua!, su cabeza estaba a punto de explotar, ¿es que no podían dejarlo tranquilo ni un par de días?
Encima, el trabajo estaba que se le venía abajo, estaba más agotado que perro en mudanza, dejando todo para venir a lidiar con esto, y la cara de su jefe estaba más fea que pisar caca descalzo.
Hank Brown pensó que si su familia seguía armando ese borlote, iba a perder el jale por el que le había soltado a Liberty Hunt un dineral, y todo sería por culpa de las pendejadas de su familia.
Seguramente espantado por el relajo, Sonny Brown abrazó a su mamá como si fuera un koala, ni siquiera volteó a ver a su abuelita y a su tía.
Lo que vio resultó ser Duncan Lewis.
Duncan L