—Liberty está disfrazada, lleva una máscara, gafas de sol y una peluca.
Después de decir esto, Chloe le dijo a Gonzalo: —Que sigan a Liberty en silencio, no para espiarla, sino para familiarizarse con su figura y que así, incluso después de que Liberty esté disfrazada, puedan reconocerla.
—Tengo que ser responsable de su seguridad. Si algo le ocurre mientras acude a la cita conmigo, seguro que Serenity, Duncan y los demás vendrán a por mí.
—Además, si Liberty necesita ayuda, échale una mano en secreto, y recuerda, no dejes que mamá o ese viejo lo sepan.
El viejo del que mencionó Chloe no era Enrique, sino Pablo, el asistente de Sandra.
Gonzalo respondió respetuosamente: —Lo haré. Ya se hace muy tarde, vamos a casa.
Chloe suspiró y comentó: —No quiero volver, de verdad, esa casa no es para nada un refugio acogedor, está llena de trampas, conspiraciones y gente malvada.
Gonzalo no supo qué decir.
Los asuntos familiares de la cabeza de familia no eran algo en lo que un asistente inferior